La desesperación para moverse entre Madrid y Galicia con el tren suspendido

Elena Silveira / Adrián Valiño REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Pasajeros esperando noticias en la estación de tren de Santiago ante la anulación de viajes.
Pasajeros esperando noticias en la estación de tren de Santiago ante la anulación de viajes. Sandra Alonso

Los usuarios llegan a contratar taxis con un elevado precio, e incluso autobuses privados que intentan llenar a través de redes sociales

20 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace una semana, la suspensión del tránsito de trenes de alta velocidad entre Madrid y Galicia están provocando problemas para desplazarse entre los dos territorios en pleno mes de agosto. Los técnicos de ADIF, el gestor de infraestructuras ferroviarias, volverán a evaluar hoy si se reabre la vía, tras una semana. También hay cortes entre León y Monforte que están afectando a algunos trayectos con dirección a Barcelona. Ante esta situación, hay cientos de pasajeros que se ven obligados a buscar alternativas de transporte.

¿Qué hacer? La carretera se antoja como la vía más aliviada, porque tanto la A-6 como la A-52 (aunque esta ha tenido algún corte puntual) están libres para la circulación. Y ahí hay quién encuentra en los coches de alquiler una salida viable, aunque bastante costosa. Por ejemplo, utilizando esta opción, conducir un turismo desde el centro de Santiago para ir a Madrid puede costar hasta 150 euros por una jornada. En el caso de salir desde Ferrol hacia la capital y volver en tres días, el coste asciende hasta los 300 euros. Pero hay un problema: contratarlo. En Vigo y A Coruña las empresas dedicadas al arrendamiento de coches informan de que están saturados y les resulta complicado saber la disponibilidad porque algunos usuarios con un vehículo ya arrendado amplían el servicio para varios días.

Todo esto desde Galicia, porque desde Madrid hay más alternativas por flotas de coches o furgonetas de alquiler.

Otra alternativa aparentemente más económica es el vehículo compartido, aunque es difícil encontrar opciones libres ante la gran demanda existente. Para hoy, en aplicaciones como Blablacar, el coste de un viaje entre Santiago y Madrid ronda los 60 euros, aunque esos precios varían notablemente dependiendo del conductor. Por ejemplo, otro usuario fijaba el desplazamiento entre A Coruña hacia la capital en 31 euros. Pero el mismo que con el alquiler: quedan plazas muy contadas.

Gema ejemplifica esas dificultades para salir de Galicia. Ella se encontraba con su niño de 7 años en Santa Cristina (Oleiros) y tenían unos billetes para un tren que se canceló. Su hijo tiene una discapacidad del 37 % y para él un viaje tan largo en autobús sería muy difícil de llevar. Finalmente, a raíz de unos comentarios en redes sociales, les salió la oportunidad de regresar en un coche particular con una pareja de amigos que veranean en Cedeira.

Si el viajero no va acompañado, los taxis son la opción más cara. Un viaje desde A Coruña hasta Madrid puede ascender a los 800 euros o casi 900 si es un día festivo. En Ferrol el coste es inferior: desde la calle de la Magdalena puede llegar hasta los 750 euros. En el caso de estar en la ciudad de Lugo y poder desplazarse hasta Baralla, el precio de la carrera sería menor, sobre 500 euros.

Decidir viajar en avión con poca antelación es bastante costoso. Por ejemplo, un billete para hoy desde el aeropuerto de Santiago asciende de los 300 euros. Un precio similar hay desde la terminal de Vigo y levemente inferior en A Coruña, bajando hasta los 262 euros.

Otra opción económica es el autobús, pero también muy demandada. En la estación de Ourense, no hay plazas para ir a Madrid hasta el viaje del viernes 22 a las doce de la noche.

Hay quien se está buscando la vida de otra manera, llegando incluso a contratar autobuses discrecionales para llegar a Madrid. A través de una aplicación y redes sociales, una usuaria ofrecía para ayer un viaje en bus tras contratarlo a una empresa privada. El vehículo tenía espacio para 53 usuarios y salía de la estación de autobuses de Santiago a las cuatro de la tarde. El precio del billete era de 50 euros y la usuaria estaba presencialmente en la estación para organizar el viaje y coordinar las reservas. Ella explicaba que en caso de no reunir la gente suficiente, la hora de salida podía atrasarse, pero el viaje saldría seguro en el día de ayer.