El colapso de tráfico en Viveiro se agrava en verano a la espera de una variante
GALICIA

Es la principal población del norte de Lugo y la única sin alternativa viaria
24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Vecinos o habitantes de otros concellos que acuden al centro de salud, a trabajar o hacer sus compras habituales, o regresan a casa. Turistas que vienen a la ciudad del Landro para disfrutar de su casco histórico y de su oferta de servicios, o bien quieren llegar a la playa de Covas o salir de esta localidad, donde abundan las segundas residencias, o se dirigen a O Vicedo para visitar los arenales o Fuciño do Porco. Residentes en el interior de la provincia que se desplazan a las playas viveirenses. Camiones que transportan madera desde un epicentro de la actividad forestal, el norte de Galicia, a Ence Navia, en Asturias. Todos son conductores que tienen que armarse de paciencia cada mes de agosto al confluir en Viveiro, un referente turístico y comercial que carece de una variante que alivie los recurrentes atascos.
Las localidades de Viveiro (7.521 habitantes), Covas (3.326) y Celeiro (1.510) constituyen en la práctica una ciudad lineal que en verano multiplica su población. En agosto del 2024, el INE detectó en el municipio unos 20.000 terminales de teléfonos móviles procedentes de usuarios de otras provincias de España y otros 1.296 de extranjeros. Entre vecinos y visitantes, 34.000 personas tienen que moverse por un solo vial urbano sin una variante que alivie al menos el tráfico pesado y evite que camiones de gran tonelaje tengan que cruzar por el puente medieval de A Misericordia. Los colapsos son habituales desde los accesos desde Area y Magazos, y cruzar desde uno a otro punto puede llevar —y no es exageración— 30 minutos. Se dan paradojas como que un vecino de Cervo legue antes a la primera playa, a 15 kilómetros, que un viveirense que la tiene a cinco.
Ejecutadas las circunvalaciones de Ortigueira y Xove, la parte de la vía de alta capacidad (VAC) Costa Norte —la infraestructura concebida para conectar Ferrol y San Cibrao— que podría aliviar los atascos en Viveiro duerme en un cajón de la Xunta. Lleva así veinte años. En los presupuestos del Gobierno autonómico para el 2025 se reservaron 4,7 millones para esta infraestructura, aunque no se preveían actuaciones en el tramo Celeiro-Covas, de 17 kilómetros. El proyecto caducó; habrá que elaborar (si es que sigue adelante) uno nuevo.
En el 2018, una propuesta de la Xunta para construir un nuevo puente de 1,7 kilómetros sobre la ría de Viveiro generó cierta controversia en la zona, y desde entonces, el Ejecutivo gallego ha priorizado la ampliación de la LU-540, la vía habitual hacia Lugo, Ferrol o A Coruña. Se invertirán 8,2 millones que servirán para mejorar la seguridad y reducir en ocho minutos los tiempos a la capital provincial y al enlace con la AG-64. Pero no hay solución a la vista para los atascos y para una carencia de infraestructuras —está pendiente también la Autovía da Mariña, la A-74, prometida por el Gobierno central— que lastra el asentamiento de empresas y la movilidad en la comarca.
El Concello tiene a nivel local poco margen de maniobra. En el 2015 se habilitó el doble sentido en la variante urbana, e hizo fluir parcialmente la circulación.
De la importancia que tiene esta situación y la necesidad de una alternativa extraurbana da cuenta el pacto entre Por Viveiro y PP que aupó a la alcaldía a Mariña Gueimunde el pasado marzo. Ese acuerdo recogía, entre otros puntos, un compromiso sobre la VAC. La regidora lo tiene claro: «El hecho de que haya dos arterias urbanas autonómicas que son las carreteras principales nos lastra y no podemos habilitar una tercera para evitar un casco histórico en parte peatonal. Eso independientemente de la vía de alta capacidad, que quitaría el tráfico pesado. Es un problema de solución solo a largo plazo», expone.