«Algún estudiante sigue preguntando, pero no tenemos pisos para ofrecerle»

Adrián Valiño / M. S. REDACCIÓN

GALICIA

Una joven ante el escaparate de una inmobiliaria coruñesa.
Una joven ante el escaparate de una inmobiliaria coruñesa. Elena Vázquez

Los alquileres disparatados y la escasez de viviendas son los principales problemas al buscar un piso con el curso iniciado. Los jóvenes forman grupos en WhatsApp para encontrar soluciones

25 sep 2025 . Actualizado a las 12:04 h.

Acceder con las clases empezadas a la carrera que deseabas puede ser un subidón inesperado, pero también un quebradero de cabeza si tienes que mudarte a otra ciudad. Para los estudiantes, encontrar un piso entre mayo y agosto es una tarea complicada debido a la falta de oferta y el precio del alquiler disparado, pero en septiembre estos problemas se agravan.

Sobre la demanda de pisos a estas alturas, Cristóbal López, de Decasa Inmobiliaria en Santiago, apunta que «prácticamente todos los estudiantes están ya con vivienda. Próximamente vienen los jóvenes del programa de intercambio y aparece algún universitario por la inmobiliaria, aunque mucho menos que en verano». 

En Ferrol, aún quedan jóvenes que buscan una vivienda en la que poder alojarse durante el curso escolar. «Algún estudiante sigue preguntando, pero no tenemos pisos para ofrecerle. Principalmente nos llaman por teléfono», dice Laura Fernández, desde la inmobiliaria AM. En esta ciudad, tanto los alumnos de la escuela naval como los universitarios, coinciden en la búsqueda de un tipo de vivienda similar. Esta situación, reduce las posibilidades para quien se entera este mes que ha entrado en la carrera solicitada: «Puede ser que aparezca algún inmueble, pero hay muy pocas probabilidades a estas alturas. Cada año empiezan a buscar más pronto», concluye.

A escasos 50 kilómetros, en la ciudad de A Coruña, la situación es similar a la de Ferrol. «Algún estudiante rezagado sí que viene por la oficina o nos llama, pero como les pasa a otras agencias, no tenemos apenas cartera de alojamientos para ofrecer», apuntan desde la inmobiliaria LC. Una tendencia creciente es la de renovar los pisos de un año para otro: «Aquellos jóvenes que están contentos con su vivienda, hablan con su casero para poder mantenerlo el siguiente curso, a pesar de que a lo mejor sufran una leve subida de precio. Otra cosa que no anima a cambiarse son las grandes dificultades que hay para encontrar otro de calidad», explican.

Grupos en WhatsApp

Ante las dificultades para encontrar una habitación o un compañero por los métodos tradicionales, los estudiantes se comunican a través de las redes sociales para ampliar sus posibilidades. Por ejemplo, el perfil en Instagram @salseo_usc, tiene en sus historias destacadas un apartado dedicado para esta temática. Allí ofrece a los estudiantes la posibilidad de unirse a grupos de WhatsApp a través de un enlace, donde pueden comunicar sus necesidades para conseguir una vivienda o un conviviente para los pisos. 

Esta opción fue utilizada por David Carrascal, un estudiante de 25 años, que se traslada de Extremadura a Santiago para estudiar el primer curso de Medicina. Este joven buscaba una habitación y, al día siguiente de notificarlo, encontró a otro compañero de carrera que viaja a Galicia desde Sevilla. Continuaron utilizando este método para conseguir dos personas más para el piso «con incorporación inmediata» y poder compartir gastos: «Estos grupos de WhatsApp facilitan las cosas y dan mucha difusión».

Esta nueva vertiente del mercado de la vivienda no solo tiene a los universitarios como protagonistas. Los arrendadores, tanto de viviendas enteras como de habitaciones, utilizan estos grupos para ofertar sus propiedades a los demandantes. También las residencias privadas para estudiantes utilizan este formato para comunicar sus servicios disponibles.