
La ruptura del PSOE en Raxoi ha complicado el mandato a Sanmartín
11 oct 2025 . Actualizado a las 14:13 h.La formulación de una hipotética moción de censura contra la alcaldesa de Santiago, la nacionalista Goretti Sanmartín, ha dejado marejada en Santiago, una fuerte marejada en la oposición. Pero también ha evidenciado la debilidad en que la escisión del grupo municipal del PSOE ha dejado al gobierno capitalino más minoritario de la etapa democrática: el de Sanmartín, con tan solo ocho concejales en una corporación de 25.
Los socialistas, otrora un socio externo que con sus 6 ediles aseguraba la mayoría absoluta al bipartito de BNG (6) y Compostela Aberta (2), no alcanzan ahora (con solo dos) para sostener a la coalición frente a un PP con 11 escaños. Tampoco le garantizan la mayoría absoluta los cuatro concejales expulsados del PSOE, los denominados no adscritos, que aunque oficialmente no pueden conformarse como grupo municipal, vienen actuando como tal.
El caso es que Sanmartín los precisa a ambos para sacar adelante cualquier asunto plenario. Pero ni uno ni otro se lo están poniendo fácil, ya sea por reivindicarse desde sus nuevas posiciones (le han tumbado varias iniciativas en los últimos plenos junto al PP), ya por sus críticas constantes a la falta de diálogo de la alcaldesa y a su gestión de la ciudad, donde servicios como el del transporte urbano y la limpieza están ampliamente cuestionados.
La gobernabilidad, al menos la que depende de toda la corporación —en las grandes ciudades las juntas de gobierno tienen un amplio marco competencial—, se le ha complicado claramente a Sanmartín, y el PP ha visto la ocasión de evidenciarlo trayendo al primer plano la posibilidad de una moción de censura, para la que no ha dejado de apelar a los no adscritos, pese a sus múltiples negativas en los últimos meses a entrar en ese debate. Y anteayer vio no solo la ocasión, sino la oportunidad, con esa declaración de los expulsados del PSOE de que «nós só apoiariamos unha moción de censura na que a candidata fose Mercedes Rosón».
El popular Borja Verea rápidamente cogió el guante, pero inmediatamente se le deshizo entre las manos y ayer reclamaba explicaciones a los no adscritos por un retroceso que echaba por tierra cualquier posibilidad inmediata de desbancar a Sanmartín. Explicaciones que no ha hallado, porque, aunque la propia Rosón decía que con el comunicado que aludía a su propia candidatura solo pretendían «dar carpetazo» a cualquier debate sobre una moción de censura, para Verea no hay duda de que la «oferta» era real. «Foi lanzada a toda a cidadanía» y «cando se fai unha oferta a toda a cidadanía desta transcendencia política e ás 24 horas te retractas, o que demostra é moi pouca seriedade». Y «se o que queren é montar un partido político, mal comezan», advirtió el popular sobre la posibilidad que están manejando los nos adscritos de cara al 2027.
«Enredo e esperpento»
Los no adscritos insisten en que no están con una moción. «Podemos chegar a acordos con todo o mundo, tamén co PP, pero nunca participaremos nunha moción de censura», decía ayer Mercedes Rosón. Pero el amago de estos días, sin duda ha puesto al BNG en alerta, aunque mediáticamente el gobierno se ha mantenido al margen de la polémica. «Seguimos traballando», ratificaba ayer, «bastante alucinada», su portavoz, mientras la marejada crecía entre la oposición. El PSOE terciaba ayer para cargar contra los que habían sido sus compañeros de filas. En las últimas horas la política municipal «transitou dende o enredo ao esperpento», dijo Gumersindo Guinarte. Obviando al PP, los no adscritos arremetieron contra Guinarte. Rosón lo señalaba como «autor material dunha das maiores infamias políticas que se viviu en Santiago», dijo en relación al proceso que acabó en la escisión del PSOE.