La versión gallega de Scarlett Johansson

GENTE

Alba Viqueira, natural de Trazo, debutó como modelo en la Mercedes Benz Fashion Week

12 feb 2012 . Actualizado a las 12:01 h.

El ayuntamiento de Trazo limita con los de Tordoia, Val do Dubra, Oroso y Santiago. Su población no llega a los 4.000 habitantes y cuenta con once parroquias. En una de ellas, Santa María de Morlán, viven poco más de 200 personas: 116 mujeres y 108 hombres según un censo del 2004 que aparece en Internet. Ahora serán menos. Pues bien, entre las 116 mujeres se encuentra la versión gallega de Scarlett Johansson. «Alguna que otra vez me lo dicen, tanto chicos como chicas, pero yo no me veo tanto parecido. Ella me encanta como actriz y como modelo», comenta Alba Viqueira Iglesias, de 16 años, desde su casa de Morlán, Trazo. «La típica aldea gallega. Todo verde y con vacas, dos súper y bastantes bares»: así describe la joven el lugar en el que vive. Acaba de llegar de Madrid, donde debutó en la Mercedes Benz Fashion Week (lo que antes era la Pasarela Cibeles). Desfiló en el Círculo de Bellas Artes, una institución que en su día recuperó, y le dio esplendor, el gallego César Antonio Molina, para la diseñadora María Lafuente. «Gustó muchísimo. Causó sensación. Mucha gente me preguntó por ella», resume Dolores Couceiro, responsable de la agencia de modelos que se fijó en la chica de Trazo tras verla desfilar en un certamen en el centro comercial Área Central. «Me vi pequeña, pero no por la estatura -mide 1,75-, sino por la edad y la experiencia comparada con las otras. Reconozco que estaba nerviosa, pero en cuanto vi los focos me relajé», recuerda esta alumna de 1.º de bachillerato del instituto Arzobispo Xelmírez de Santiago. Tras su éxito en Madrid, por el momento no tiene más compromisos como modelo, así que dice que se va a centrar en los estudios. «Es lo que quieren mis padres, lo otro no les hace mucha gracia», confiesa la Scarlett Johansson de Trazo. Paula Corral, Sarah López, Carmen Rodríguez, Sara Núñez y Andrea Búa fueron otras de las gallegas que desfilaron. Sumadas a la nutrida representación de diseñadores, se puede decir que Galicia tuvo mucha presencia en el importante certamen.

El Camino, obligatorio

Repaso con mi hija de 8 años la lección de lo que antes era Ciencias Naturales o Sociales, que después pasó a ser Coñecemento do Medio y que ahora también es Science. Los vertebrados y los invertebrados los estudia en inglés y en gallego. Me parece una locura, pero los responsables educativos seguro que están convencidos que de esta generación de chavales saldrán unos extraordinarios biólogos trilingües. «La salamandra es vertebrada», me dice la niña mientras en la radio anuncian una nueva, la penúltima, reforma educativa. A saber en qué idiomas estudiará mi hijo de 4 años la dichosa salamandra. De lo que estoy convencido es de que recorrer al menos 100 kilómetros del Camino de Santiago debería ser algo obligatorio para los estudiantes gallegos. Desde Vigo, Ourense, Carballo o desde donde sea, pero en los colegios e institutos tendrían que impulsar el conocimiento de esta ruta-joya que nos hace diferentes al resto del mundo. Hago esta reflexión mientras camino por tierras de Sarria entre Teiguín y Barbadelo. Doce kilómetros preciosos y una organización perfecta del jesuita Ignacio Fernández y sus colaboradores. «Me parece muy buena la idea de promover esta actividad entre otros centros educativos. Nosotros tenemos todos los datos y planos con rutas pequeñas para que sean accesibles para los niños y los ponemos a disposición de quien los necesite», comenta Ignacio mientras empezamos a ver Sarria en el horizonte. La reparadora comida fue en Samos, muy cerca del monasterio donde por la tarde el prior, José Luis Vélez, se encargó de enseñarnos los secretos del lugar a los familiares peregrinos dominicales.

La monja más fuerte

El prior es un fuera de serie. No sé como explicárselo. Tienen que ir. «¿Saben cuál es la monja más fuerte del mundo?», pregunta el religioso a los alucinados visitantes. «Sor Suenéguer», contesta el sacerdote de origen manchego. Todo el recorrido por el maravilloso claustro en una mezcla de historia, fe y humor. Explica con detalle las particulares características de los murciélagos de herradura (¿serán vertebrados?) que pasan el invierno en los Ancares y el verano allí, y que son una especie única. «Viven y se reproducen aquí, fíjense, ¡en un monasterio!», relata entre carcajadas. «El sentido del humor vivifica. Yo lo veo como algo positivo. Un santo triste es un triste santo. Estás enseñando algo para personas de diferentes edades y niveles culturales y yo quiero que todos se sientan a gusto», comenta desde el monasterio que el año pasado recibió 31.000 visitantes. «Es más enriquecedora una explicación como la mía que un teléfono de esos con auriculares que hay en muchos lugares y que te cuentan las cosas en varios idiomas, pero que no tienen alma», asegura José Luis. Estoy deseando hacer otro tramo del Camino. A ver si tengo suerte y coincide que pasa por Trazo.