Un vídeo de la influencer catalana Andrea Dalmau degustando el postre en el prestigioso Celler de Can Roca ha suscitado un sinfín de comentarios que destacan la escasa cantidad que se come en un menú degustación que supera los 200 euros sin incluír la bebida
22 ago 2024 . Actualizado a las 19:08 h.Fundado en Girona en 1986, el Celler de Can Roca es uno de los máximos exponentes de la alta gastronomía a nivel mundial. Aunar la tradición de la cocina catalana con la innovación gourmet le ha valido a los hermanos Joan, Jordi y Josep Roca numerosos reconocimientos culinarios, entre los más destacados, las actuales tres Estrellas Michelin de su restaurante o haber sido nombrado el establecimiento que regentan el mejor del mundo según la prestigiosa revista Restaurant. Su espectacular bodega, con más de 40.000 botellas de 1.600 referencias distintas, convierten comer en el Celler en una experiencia única. Cocina de autor con un maridaje espectacular.
Una experiencia a la que en los últimos días se sumó la influencer catalana Andrea Dalmau, quien además de crear contenido en las redes es conocida por ser la pareja del futbolista hispano-marroquí Munir, que formado en la cantera del Barça, ha militado las últimas temporadas en conjuntos como la U. D. Las Palmas, el Getafe C. F. o el Sevilla F. C..
Dalmau compartió con sus seguidores el momento en el que el experto repostero Jordi Roca le sirve el postre llamado Bosque Lluvioso, un plato en el que además de encontrar sabores como el de la miel de abeto o el cacao, destaca por su presentación. Al servirlo se le coloca una especie de nube encima sujetada con un alambre, que además consigue el efecto metafórico de que llueva sobre el resto de ingredientes. En el vídeo subido a TikTok, la joven traga en un suspiro esta «nube» que Jordi Roca hace volar hasta su boca apenas sujetada por un par de espátulas.
La polémica está servida
A pesar de la espectacularidad de esta preparación, que culmina un menú degustación de más de 200 euros sin el maridaje en el restaurante gerundense, las críticas no se han hecho esperar en las redes. En diferentes plataformas, como en X (antes Twitter), se compara la textura de la nube con «la del jabón del baño» y se cuentan por decenas los comentarios que lamentan el alto precio que se paga en este tipo de establecimientos y la escasa cantidad que se come. Otros critican una puesta en escena excesivamente recargada. «A mí me traes los restos de la espumita de después de bañarte cuando te pido comida y, del bofetón que te meto, te hago central del Osasuna», resume en un tuit el usuario @fenixzintas. «Habría que hablar seriamente de este tipo de restaurantes y de cómo se ha normalizado pagar cientos de euros por esto», detalla @CocoExiliado.