Jorge Javier Vázquez, sobre sus diferencias con Ana Rosa Quintana: «La escucho y se me llevan los demonios. Me estalla la cabeza»

La Voz REDACCIÓN

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Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana en el programa «TardeAR»
Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana en el programa «TardeAR» TELECINCO

El presentador de Mediaset desea que le vaya bien en esta nueva etapa en las mañanas de Telecinco no solo por el cariño que les une a pesar de los desencuentros, sino porque «lo que es bueno para ella también lo será para mi empresa»

29 ene 2025 . Actualizado a las 15:44 h.

Después del terremoto que ha vivido Mediaset desde que trascendió la noticia de que Ana Rosa Quintana dejaba las tardes de Telecinco para regresar a las mañanas con El programa de Ana Rosa, cambio que se producirá el próximo 3 de febrero, Jorge Javier Vázquez ha reaccionado con una emotiva carta en la publicación semanal que hace en su blog de la revista Lecturas

«Pensé que era una fake news», escribe el presentador sobre el regreso del programa matutino de Ana Rosa, de la que, según recuerda, se hizo fan cuando presentaba Veredicto en Telecinco. «Muy divertida. Muy cercana. Moderna en sus opiniones, o al menos así lo recuerdo yo», reflexiona.

Jorge repasa su trayectoria junto a Ana Rosa, con quien debutó en televisión en el programa Extra Rosa. «La gente todavía me recuerda por la calle lo bien que se lo pasaba con nosotros. Hicimos un dúo estupendo», cuenta el de Badalona, que cumplió su sueño de trabajar junto a la mujer «que llevaba admirando desde hacía tiempo», la profesional que «brillaba» y a la que el público y él adoraban. «Adquirí una popularidad muy agradable. A la gente le sonaba mi cara, caía en gracia y no había móviles. El paraíso en la tierra».

El presentador recuerda en su carta que justo en aquel momento dulce, y pese a que ganaba mucho dinero por hacer su trabajo en televisión, aquella situación «se convirtió en una condena», porque le producía «más ansiedad que placer». También cuánto le costó explicárselo a Ana Rosa, porque según explica, «siempre es difícil encontrar "el mejor momento" para decir adiós.  Pasa igual con las parejas. Y eso éramos nosotros: una pareja». Vázquez explica que su decisión de entonces de no seguir en la tele —«no me compensaba el desasosiego que me provocaba trabajar en la tele»— no fue comprendida del todo y que sintió que decepcionaba a la presentadora.

Pero volvieron a trabajar juntos, una y otra vez: como cuando la productora de Quintana le ofreció la posibilidad de debutar como presentador junto a Francine Gálvez en Rumore Rumore, o cuando Jorge regresó a Sabor a ti, que presentaba ella en Antena 3. Hasta cuando fichó por Mediaset para presentar Aquí no hay tomate y que volvieron a coincidir cuando ella también se cambió de cadena y empezó a hacer las mañanas. «De idas y venidas. Con la tontería estamos a punto de cumplir treinta años. Somos los Richard Burton/ Liz Taylor televisivos», escribe en Lecturas.

Habla de sus diferencias con Ana Rosa, y de sus enfados y desenfados a lo largo de los años. «He discutido, nos hemos lanzado pullas, me he enfadado, me he desenfadado, me he reído, me ha sacado de quicio», cuenta el presentador de Mediaset, que explica que sobre todo los desencuentros ahora se producen en cuestiones políticas. «“Me gusta todo de ti, pero tú no”, canta Serrat. Eso me pasa a veces con Ana Rosa, sobre todo cuando habla de política. No puedo con ella», dice Vázquez, que cree que con el paso del tiempo se han acentuado más sus diferencias. «La escucho y se me llevan los demonios. Me estalla la cabeza», remarca en el post, aunque también cuenta que una vez cara a cara con Ana Rosa, se olvida de todos estos desencuentros y solo puede pensar en lo bueno que les une. «Cuando me encuentro con ella, me olvido de todo eso y se me vienen a la cabeza todos los buenos momentos que hemos vivido juntos. Que han sido miles».

También explica Vázquez que ya está cansado de sus conflictos y de sus guerras, sobre todo televisivas, contra el resto del mundo y contra sí mismo. «Después de tantos años de batalla lo que me pide ahora el cuerpo es tender puentes, no destrozarlos». Por eso, y pese a todo lo que le separa de Ana Rosa, solo tiene buenos deseos para ella en esta nueva etapa. «Deseo que le vaya bien en las mañanas. Primero, por el cariño que da el roce. No creo que sea muy difícil de entender. Y segundo, porque lo que sea bueno para ella también lo será para mi empresa», explica.

Eso sí, confiesa que le encantaría que se produjese «un giro en la trama»: «Sería un sueño ver a Ana Rosa alternando y colegueando con Irene Montero y huyendo de Cuca Gamarra».