Luke Evans, sobre su adolescencia como homosexual en una familia de testigos de Jehová: «Me preguntaba qué iba a echar de menos si me suicidaba»
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«¿Qué cosas me voy a quedar sin hacer si lo hago?», reflexionó el actor en su visita a «El hormiguero», alegrándose de que «en ese diálogo interior», fuese entonces «lo suficientemente fuerte»
28 may 2025 . Actualizado a las 13:42 h.Fue el dios Apolo en Furia de titanes (2010) y el cine lo convirtió en protagonista de películas de acción tan destacadas como Inmortals (2011), Los tres mosqueteros (2011) o The Raven (2012). También ha estado presente en dos cintas de la saga Fast & Furious y dado vida a personajes tan icónicos como Drácula en Dracula untold (2014) o el villano Gastón en La bella y la bestia (2017). El actor británico (Pontypool, Gales, 1979), Luke Evans es uno de los más destacados actores de Hollywood, pero sin embargo, su pasado, a punto estuvo de costarle algo más que una exitosa carrera en el séptimo arte.
A ello hace mención en su biografía, que anoche presentó en El hormiguero. El chico de los valles de Gales es el libro del que habló con Pablo Motos y en él se refiere no solo a su condición de homosexual, si no a lo que suponía ser gay en una familia del movimiento religioso cristiano de los testigos de Jehová. «Tú descubriste que eras homosexual siendo muy joven. Eso es pecado mortal en vuestra iglesia. ¿Cómo crece un niño pensando que está condenado?», le trasladó el comunicador.
«No es agradable. Fue una experiencia de mucha soledad. Sabía que el mundo era más grande de lo que yo conocía y que había más gente con la que podía conectar. Solo tenía que salir y descubrirlo. A los 16 me fui de casa», reconoció el intérprete, que llegó a confesar durante la emisión del programa que llegó a pensar en suicidarse, algo que solo evitaron «diálogos internos conmigo mismo». «Ser testigo de Jehová me convirtió en un objetivo. Era hijo único, no tenía hermanos mayores que me defendieran [...] Me decía ¿qué es lo que voy a echar de menos en ese futuro? Me alegro mucho de haber pasado por ello y haber sido lo suficientemente fuerte para superarlo», fueron sus palabras al respecto.
Evans, en todo caso, no guarda rencor a lo ocurrido en su infancia, y asegura que ahora disfruta regresando a Pontypool, la pequeña ciudad galesa que le vio nacer, donde incluso «me he perdido y he tenido que pararme para pedir direcciones a la gente». Además, se ha mostrado ha agradecido las innumerables muestras de cariño recibidas por quienes han leído su libro sintiéndose en parte identificados por tener que romper lazos con el pasado para poder ser quienes quieren ser: «Mucha gente que ha contactado conmigo desde todos los rincones del mundo para decirme que les ha conmovido o que se identifican con mi trayectoria. Es lo que yo quería, así que estoy bastante contento».
Las personas con conductas suicidas y sus allegados pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112, al Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17) o al número de atención a la conducta suicida 024.