Una fan acusa a Alejandro Sanz de contratarla para después utilizarla: «Mi vínculo fue irremediable, y se convirtió en sexual»

GENTE

Ivet Playà, en un testimonio a través de TikTok, revela que cuando estrenó la mayoría de edad y el cantante sumaba 49 años la presionó para que una relación profesional acabase siendo íntima: «Sus acciones llegaron a traspasar cualquier límite»
16 jun 2025 . Actualizado a las 18:17 h.Muy pocas personas pueden presumir de haber trabajado con un artista de renombre internacional. Estadios llenos, giras interminables alrededor del planeta, experiencias exclusivas... La catalana Ivet Playà, es una de ellas. Su historia empieza como la de una fan más de Alejandro Sanz, pero acabaría trabajando para él. Y sí, acabó siendo una experiencia inolvidable, pero por su testimonio, ofrecido a través de su perfil personal en TikTok, no por cosas buenas, si no que fue algo traumático para ella. «Estoy aquí porque necesito contar mi historia con Alejandro Sanz. Por la niña que fui, pero sobre todo, por la mujer que soy hoy», empieza la joven, que revela que la historia entre ambos se remonta a 2015, cuando empieza a dejar comentarios a publicaciones de Sanz en internet. «Yo era su fan y él, pues me siguió en redes sociales, y yo alucinaba con que alguien como él, tan famoso y tan querido por todo el mundo, pues me mandara mensajes, me comentara las fotos, o incluso, publicaba cosas mías en sus redes», detalla, mostrando en vídeo los likes y mensajes que el artista dejaba a la joven cuando subía contenido.
Cuando cumplió la mayoría de edad, según su relato, «quedamos por primera vez en privado, él tenía 49 en ese momento». Tras ese encuentro su fanatismo por él fue a más, hasta el punto de que se puso a trabajar de camarera para reunir el dinero suficiente y acompañar al madrileño en diez de sus actuaciones. «Alejandro Sanz sabía perfectamente lo que era. Lo sabía desde el principio. Yo era una niña», cuenta Playà, para después señalar que se convirtió en parte del equipo del cantante. «Con 22 años dejé mi hogar en Barcelona para mudarme a Madrid sola, porque me contrató para trabajar para él», indica sobre el siguiente paso en su relación.
De lo profesional a lo «sexual»
Ivet va enseñando, a medida que habla, las fotos que subía a las redes, todas ellas con el me gusta de Sanz. «Mi vínculo personal con él fue irremediable y se convirtió en íntimo y sexual. Se suponía que estaba viviendo un sueño más, pero se convirtió en una terrible pesadilla», asegura la joven. Hoy, con más edad y experiencia, no duda en dar el paso de contar cómo se sintió «utilizada». «Me siento humillada, incluso sucia, sus acciones llegaron a traspasar cualquier límite de lo que yo considero moral e incluso humano», añade ya con lágrimas en los ojos por lo traumático de lo vivido.

Playà, quien también es gimnasta, quiere dejar clara una cosa: «No culpabilizo a Alejando Sanz de ninguna conducta delictiva». Lo que no quita su sensación de malestar, porque según sus palabras, «me ha llevado por delante». «A mí me ha dado miedo, creo que vive en un realidad paralela que lleva construyéndose desde hace muchísimos años y creo que siente que está por encima del bien y del mal. Eso es tremendamente peligroso», relata Núñez.
Con la posibilidad de contar lo vivido, Ivet cree que da el paso correcto, también porque puede: «Conmigo no se firmó ningún papelito y en parte siento la responsabilidad moral porque puedo y porque creo que soy de las pocas que puede hacerlo. De plantarme aquí y demostrar que tarde o temprano la verdad sale a luz. Que ya está bien, y que conmigo se ha equivocado. Ya no soy esa niña que estaba dispuesta a todo para estar más cerca de él. La Ivet de hoy sabe lo que es un vínculo sano, proporcional y recíproco».