La salud de Bruce Willis empeora: de los leves síntomas de afasia a una ya grave demencia

Iago García
I. GARCÍA REDACCIÓN

GENTE

Willis, en el estreno de una película en 2019.
Willis, en el estreno de una película en 2019. EUROPA PRESS

A sus 70 años, las actualizaciones sobre el estado mental del actor de «La jungla de cristal» por parte de la familia se han reducido drásticamente. El deterioro en el área frontotemporal es ya tal que ha perdido el habla por completo y es incapaz de leer

22 jul 2025 . Actualizado a las 17:49 h.

Si ni siquiera el hombre que interpretó a John McClane en La jungla de cristal, capaz de salir airoso de un infierno de balas, bombas y ataques terroristas en un laberíntico edificio se libra de la enfermedad, ¿qué nos queda al resto? Esa es la pregunta que se hacen los fans de Bruce Willis, una de las estrellas de Hollywood más conocidas, con memorables participaciones en algunos de los mayores taquillazos de la historia del cine. Pulp Fiction, Armageddon o El sexto sentido entre ellos. En lo personal se casó con uno de los sex symbol de los 90, la despampanante Demi Moore; y con ella y su actual mujer, la también actriz y modelo Emma Heming, ha sido padre de otras cinco mujeres (tres fruto de su primera relación —Rumer, Talluah y Scout— y las otras dos —Mabel y Evelyn— con su segunda mujer) que, a día de hoy, le adoran. Pero a veces la vida tiene reveses y ahora, a sus 70 años, Willis apenas es capaz de recordar todos esos logros, solo al alcance de unos pocos.

Desde que en 2022 su familia comunicó que le había sido diagnosticada una demencia frontotemporal (DFT), el estado de salud del actor ha ido empeorando lenta pero irremediablemente. Al principio eran poco apreciables los síntomas, reduciéndose a una afasia que no le impedía ser aún independiente. En sus últimas películas, algunas ya de bajo presupuesto y que decidió hacer para mantener el nivel de vida de su familia, esa afasia, ese trastorno del lenguaje, se fue manifestando en dificultades a la hora de leer los guiones o a hablar y expresarse ante las cámaras. 

Pronto tuvo que alejarse de los estudios de grabación y ya a mediados del año pasado, su exmujer, Demi Moore, dijo estar preparándose para un «emotivo adiós» tras verlo «pasar por sus luchas».

A pesar de que se separaron hace un cuarto de siglo, Demi y Bruce siguieron profesándose cariño tras acabar su matrimonio y la intérprete ejemplificó con una frase lo duro que se hace el deterioro del actor para su círculo más próximo: «Cuando te aferras a lo que fue, es un juego perdido». El propio Bruce, no fue consciente al principio de lo que le estaba pasando, lo que supuso aún más sufrimiento para quienes más le quieren.

Para contentar a la legión de fans de Willis, puntualmente Moore e Emma Heming actualizaban a través de las redes sociales el estado de salud del afamado intérprete. Algunas fotos en casa reposando, recibiendo el cariño de sus hijas, celebrando algún cumpleaños... Siempre protegiendo la privacidad de la familia, pero a la vez, mostrando la el día a día de alguien tan querido por sus seguidores.

Sin embargo, la última actualización de su estado se remonta a la pasada primavera. Una foto celebrando el Día del Padre en Estados Unidos el pasado 15 de junio, es su última imagen conocida. «Feliz día del padre a todos los papás que viven con discapacidad o enfermedad, apareciendo de la manera que pueden y a los niños que están con ellos», publicó en su perfil de Instagram Heming. «Estos días simbólicos despiertan mucho. Estoy profundamente triste hoy. Ojalá, con cada célula de mi cuerpo, las cosas pudieran ser diferentes para él y más ligeras para nuestra familia», añadía lamentando los último tiempos que atraviesa su marido.  

Su familia se limita a señalar que la enfermedad progresa, al mismo tiempo que indica que el deterioro se ha estabilizado. En las últimas horas, medios internacionales como The Express Tribune o Primetimer señalan que el actor ya apenas puede hablar, leer o caminar por sí mismo. La demencia del intérprete tiene un carácter neurodegenerativo para el que no existe cura y afecta paulatinamente a más funciones cerebrales y también provocando cambios de personalidad y comportamiento.   

Cuatro décadas después de haber iniciado su exitosa carrera, y haciendo honor a su legado en películas de acción, Bruce Willis sigue siendo duro de matar.