Jasveen Sangha, «la reina de la ketamina»: de estudiar un MBA a declararse culpable de la muerte de Matthew Perry

Mariana Álvarez / P. V. REDACCIÓN

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Jasveen Sangha, conocida como «la reina de la ketamina», se declara culpable de la muerte de Matthew Perry
Jasveen Sangha, conocida como «la reina de la ketamina», se declara culpable de la muerte de Matthew Perry Capturas Canal de YouTube, 2024

La mujer de 42 años aceptó varios cargos relacionados con la muerte del actor de «Friends» luego de venderle la droga que lo mató

20 ago 2025 . Actualizado a las 09:27 h.

«La reina de la ketamina», como se conoce a Jasveen Sangha, se ha declarado culpable el pasado lunes ante la Justicia estadounidense por la muerte de Matthew Perry. La mujer de 42 años ha aceptado tres cargos de distribución de ketamina, un cargo de distribución de ketamina con resultado de muerte o lesiones corporales graves y otro más de almacenar y empaquetar drogas en su vivienda en Los Ángeles. 

Sangha es conocida dentro de Hollywood por distribuir droga, según menciona una fuente al medio New York Post: «Era más bien una intermediaria, lo cual tiene sentido, ya que las celebridades suelen preferir obtener drogas de alguien que esté un poco alejado del traficante real». 

En marzo del 2024, las autoridades estadounidenses hicieron una redada en el piso que Sangha tenía en la zona norte de Hollywood donde almacenaba la droga y encontraron metanfetamina y ketamina. «La reina de la ketamina» fue detenida por posesión y distribución de drogas en grandes volúmenes, aunque pudo librarse gracias a la fianza que pagó su madre, por un valor de 100.000 dólares

Pruebas halladas en el piso de Jasveen Sangha
Pruebas halladas en el piso de Jasveen Sangha US District Court, 2024

Sin embargo, antes de convertirse en la reina de la ketamina, Jasveen Sangha tenía una carrera académica y profesional llamativa. Nació en Reino Unido y fue criada en Estados Unidos. Allí estudió en Calabasas, California. Se crió en esta zona donde vivieron también celebridades como Kim Kardashian o Will Smith, y, según una de sus amigas durante esa época, Sangha era «meticulosa y estudiosa»

Sus buenos resultados académicos le permitieron ingresar en la Universidad de California en Irvine, una institución destacada dentro de las universidades públicas estadounidenses. Se graduó en el 2005. Apuntaba a un futuro prometedor, y de ahí pasó a la compañía de servicios financieros Merrill Lynch, donde trabajó unos años antes de irse a Inglaterra para estudiar un máster en Administración de Empresas (MBA) en la Escuela Internacional de Negocios Hult.

Algunas figuras cercanas a Sangha aseguraron que fue en el 2010, a su regreso de Inglaterra, cuando notaron que ya no era la misma chica que se había ido. La veían completamente diferente a como la habían conocido en el instituto, y no solo a nivel físico, tras algunas intervenciones estéticas, sino también en sus intereses.

Mientras su círculo había avanzado ya en sus carreras profesionales y planificado sus familias, Sangha se dedicaba a salir de fiesta, y sus fines de semana se veían marcados por los excesos. Tras intentar poner un salón de diseño de uñas, empresa en la que fracasó, pensó que convertirse en promotora de fiestas sería una salida adecuada. Las conexiones ya las tenía, dado el tiempo que le dedicaba al ocio nocturno y su entorno, un clan de chicas con  los mismos intereses. 

En todo este proceso no ayudó a llevarla por el buen camino su ruptura amorosa en el 2014 con un novio que la marcó. De hecho, algunas fuentes consultadas por los medios estadounidenses creen que parte de su camino por los excesos puede haber sido una reacción a esta ruptura. 

Poco a poco, las drogas comenzaron a formar parte de su vida. También los caprichos y excesos de lujo, que se podía permitir, creen los investigadores, gracias al almacenamiento, distribución y venta de drogas. Se pasaba luciendo marcas costosas como Louis Vuitton, Chanel y joyas de Van Cleef & Arpels, así como vuelos en jets privados, según el medio Daily Mail de Reino Unido.

Tal y como afirman sus amistades a New York Post, la «facilidad en el acceso a las drogas lo hacía parecer una opción viable». Se volvió parte de la normalidad el ir a sus fiestas y que los estupefacientes formasen parte de ellas y, esta misma persona, mencionó que Sangha «podía obtener ketamina líquida». Esa fue la variante que terminó vendiéndole a Matthew Perry y cuya administración por parte de su asistente Kenneth Iwamasa fue la principal causa de su muerte. 

Sus negocios se han cobrado la vida de Perry, por lo ahora tendrá que enfrentarse, previsiblemente, a una dura pena tras aceptar los cargos en su contra. Según Neama Rahmani, abogado que se desempeñó como fiscal federal en los Estados Unidos, especializado en casos de tráfico de droga, lo más seguro es que pase el resto de su vida en prisión