La vida sin Aspas se resuelve desde la pizarra y las ayudas

GRADA DE RÍO

M. Moralejo

Unzué repitió con matices el 3-5-2 ante el Valencia y la apuesta funcionó en un equipo intenso y colaborativo

22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un buen diseño desde la pizarra y un trabajo coral ingente permitieron al Celta sobrellevar la vida sin Iago Aspas con más comodidad de la prevista. Los célticos tutearon a un Valencia con regusto a Champions, flirtearon con la victoria y dieron continuidad a la cara positiva que el martes habían exhibido ante el Barcelona. Plantearon un partido intenso y de constantes ayudas que les permite seguir invictos en Balaídos desde que arrancó el año.

La clave

Vuelta de tuerca al dibujo. Si poblar el centro del campo funcionó ante el Barcelona, también puede hacerlo frente al Valencia. Ese pudo ser el análisis de Unzué a la hora de decantarse por el sistema de juego. Organizó el equipo con tres centrales -Roncaglia, sustituido por Fontás, Sergi Gómez y Cabral-, dos carrileros -Hugo Mallo y Pione Sisto- y tres centrocampistas -Lobotka, Jozabed y Wass- en la medular, un enganche -Brais- y un punta -Maxi Gómez-. Ese era el esquema en ataque que, por momentos, se convertía en una defensa de cuatro en la que Hugo Mallo pasaba de carrilero a lateral sin apenas sudar.

La delantera

Brais, alternativa a Aspas. La idea ante el Barça funcionó y frente al Valencia también a pesar de que no estaba Aspas sobre el terreno de juego. La baja del moañés obligaba a una reconstrucción del ataque y fue su heredero, Brais Méndez, el que, con sus diferencias, se convirtió en el mascarón de proa de la producción ofensiva celeste. Él acechó y creó. Y Maxi Gómez, como en los viejos tiempo, remató. Fue una falta de Wass, el tercero en discordia en ataque. Porque aunque sobre el papel partía de una posición más retrasada, se adueñó durante muchos minutos del costado diestro y se prodigó en el área gracias a su gran movilidad. Como si se invirtiesen los papeles, durante buena parte del encuentro Maxi jugó y Daniel remató.

Los defensas

Fontás, una vuelta después. Hugo Mallo y Andreu Fontás fueron protagonistas en el partido por diferentes motivos. El de Marín por haber jugado hasta en tres posiciones a lo largo de los 90 minutos. Fue lateral, carrilero e incluso central. Y en todos los puestos cumplió. El otro nombre de la tarde fue el de un Andreu Fontás que ayer puso punto y final a una vuelta entera sin jugar en liga. El último encuentro que el catalán había disputado en la competición doméstica había sido precisamente frente al Valencia.

El goleador

Maxi moja tras dos meses. Nueve jornadas después, Maxi Gómez volvió a ver portería. Fue como más le gusta, rematando una acción a balón parado en el área. El uruguayo no marcaba desde la victoria sobre el Eibar a finales de febrero, pero ayer, de cabeza, cortó la racha. El charrúa lleva 15 dianas en la competición regular y Rusia le espera. El instinto vuelve a estar afinado.