Palabra de capitán celeste

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

REBECA VILLAR - IRMANDIÑOS 1923

Hugo Mallo cogió el micro tras el partido en Balaídos para agradecer el apoyo a los aficionados

01 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La comunión entre los jugadores del Celta y su afición el sábado comenzó en el mismo instante en el que el autobús del equipo asomó por la avenida de Fragoso y no solo se prolongó durante todo el partido, sino que fue más allá. Tanto es así, que transcurridos unos minutos desde el final del encuentro, cuando la gran mayoría del público ya había abandonado el estadio, el capitán del equipo, Hugo Mallo, cogió el micrófono para dirigirse a los aficionados de la grada de animación, muchos de ellos integrantes de Irmandiños 1923, Tropas de Breogán y Fútbol de salón, entre otras peñas.

La mayor parte de los jugadores de la plantilla se habían dirigido a esa zona -la que desde hace años no conoce el silencio a la hora de animar al equipo con independencia del resultado que indique el luminoso- para agradecerles su apoyo. No era la primera vez, y de hecho Brais y Costas ya se habían llevado algunas bufandas de esos aficionados en el triunfo contra el Sevilla. Pero esta vez el capitán entendió que era el momento de dar un paso más y enviar un mensaje a los celtistas allí congregados.

Entre gritos de «sí se puede» que Cabral, uno de los más agradecidos ya al bajar del autobús el sábado, acompañaba con los brazos, el canterano tomó la palabra. «Lo primero es daros las gracias, porque estamos en una situación muy complicada y el recibimiento que nos habéis dado ha sido increíble», se arrancó el de Marín, flanqueado por un par de aficionados que bajaron desde la grada para acompañar al plantel sobre el césped de Balaídos.

Y continuaba refiriéndose al transcurso del partido y al resultado final. «Ya habéis visto que nos hemos ido 0-2 al descanso, pero hostia, ¡este partido teníamos que ganarlo sí o sí!», exclamaba ante el alboroto de los presentes, con Pione y Boufal entregados detrás de él y Maxi con una bufanda celeste al cuello, aplaudiendo junto a Jozabed, Kevin, Lobotka o Sergio, y con Costas como testigo con la toalla de la ducha puesta.

Con los aficionados coreando su nombre, Hugo seguía: «Había que ganarlo por nosotros, pero sobre todo por vosotros, que en las malas siempre estáis y seguiréis. Así que coma sempre, o de sempre, ¡hala Celta!», finalizaba su discurso ante los aplausos de sus compañeros y para luego recibir los abrazos de algunos celtistas.

Conjura para el futuro

Entre los aficionados que vivieron en directo el momento estaba el presidente de la peña viguesa Irmandiños 1923, Alberto Fraga. «Fue un gran detalle. Siempre hemos comentado la importancia de la cercanía entre el equipo y la afición, no mordemos», reivindica el peñista. A su juicio, «ambas partes dieron todo lo que tenían» para buscar la victoria frente al Villarreal y «se comprobó lo que ya se sabía, que es la única fórmula».

Además, cree que el momento protagonizado por Hugo fue «una conjura para lo que viene». Lo vivió, como el partido, con mucha emoción. «Buena parte de la afición fue consciente de que era ahora o nunca, que había 45 minutos para intentarlo y cabrearse antes del final no tenía sentido». Admite que «obviamente» el llegar con un marcador de 0-2 al descanso fue «un golpazo» y, si bien no bajaron los brazos en ningún momento como en ellos es habitual, «el gol de falta de Aspas fue el que terminó de despertar a todos». Alberto piensa en clave de futuro y destaca que «acabe como acabe la temporada, ha sido un día clave» para que la afición del Celta se demostrara a sí misma «la importancia de creer hasta el final aunque pinten bastos».