Poco importa que fuera el jugador con menos minutos el curso pasado, el canterano, un ejemplo de tenacidad, redobla su apuesta por quedarse con la intención de ganar protagonismo en el equipo
10 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Kevin Vázquez fue el jugador del primer equipo con menos partidos y minutos en la temporada (de los que completaron el año) recién finalizada pero el canterano, lejos de plantearse una salida en busca de minutos, apuesta por un segundo año en el Celta con el objetivo de mejorar sus prestaciones y su participación. A la sombra de Hugo Mallo ya pudo salir el pasado mes de enero, pero quiso seguir en Vigo para crecer en casa y ahora mantiene el desafío y salvo imprevistos continuará la temporada próxima en el club de su vida. «Llevo 16 años en el club, pero soy celtista desde que nací, desde que mi abuelo me llevaba a Balaídos y me compraba camisetas de Mostovoi, Gustavo López o Karpin. Eso es el Celta para mí», comentó en su día para explicar lo que significa la entidad celeste para él.
Kevin, futuro químico en la vida, es un caso atípico en el mundo del fútbol pero un ejemplo de tenacidad sin límites. Siendo un niño se asomó a la pretemporada del primer equipo en el 2011, pero tardó siete años en volver. Durante este tiempo creció y se hizo insustituible en el lateral derecho del filial y adquirió madera de capitán. Y esperó por una llamada de arriba que no se produjo hasta el curso pasado, después de acumular méritos temporada tras temporada y de rechazar ofertas para jugar en la división de plata. El reclamo de la cúpula llegó con una renovación hasta 2023 debajo del brazo.
Con 25 años llegó al primer equipo (algo inusual en estos tiempos) y lo hizo sabiendo que era un curso para aprender a la sombra de Hugo Mallo, de quien dice recibir una lección por entrenamiento. «Es una masterclass diaria, Hugo tiene un recorrido muy largo», comentó el de Nigrán.
Y en ningún momento desesperó, ni cuando Antonio Mohamed le dejó fuera de la convocatoria en el partido de Balaídos ante el Valladolid y Roncaglia ocupó un lateral derecho convertido en coladero. Meses después admitió que fue el momento más duro.
Su oportunidad llegó en la Copa del Rey en la única eliminatoria del curso pasado ante la Real Sociedad, equipo ante el que jugó más minutos que todo el resto junto. En total cuatro partidos de liga (dos completos) y dos de copa, tres ante los txuri urdin. Eso sí, siempre que salió al campo cumplió y demostró tener nivel para la máxima categoría. Incluso jugando a pierna cambiada en el lado izquierdo todo el partido en el Bernabéu con Benzema, Bale y compañía en el bando de enfrente intentando convencer a Zidane el día de su regreso,
Con este panorama lo fácil sería atender la llamada del Alcorcón en el mes de enero y pedir la cesión, pero la vía de escape no forma parte de su plan. Este verano tampoco.
El escenario a día de hoy indica que el Celta cuenta con él para su próximo proyecto y aun sabiendo de la dificultad Kevin apuesta por quedarse y discutirle el puesto a Hugo Mallo en lo posible. Ya tiene un año de experiencia en la élite y es el momento de sacar a relucir todo lo que aprendió con la masterclass diaria.
Por el momento el Celta cuenta con tres laterales en su plantilla a espera de movimientos: Hugo Mallo y Kevin en el costado derecho y David Juncà en el izquierdo y falta por ver qué pasará con Lucas Olaza, que depende de la decisión de Boca Juniors argentino, que lo puede recuperar este verano.