Los responsables de la peña celtista catalana buscan darle un nuevo impulso al colectivo
13 oct 2019 . Actualizado a las 13:16 h.Blau Cel vive tiempos de cambios e ilusiones renovadas. La peña celtista de Barcelona, que en el 2020 cumple quince años, está llena de proyectos orientados a dar un nuevo impulso a la peña. Y buena parte de la culpa la tiene Adrià Laborda, catalán y celtista que se encarga de las redes sociales y la comunicación en la peña y que tiene entre ceja y ceja conseguir que la agrupación viva una segunda juventud.
Su asamblea de principio de temporada, en su recién estrenada sede -uno de los cambios de esta nueva etapa-, sirvió para trazar las líneas maestra del futuro de Blau después de un pequeño bajón el año pasado. «Nosotros no tenemos el reclamo de ver al equipo en Balaídos, de los recibimientos... Dependemos mucho de los resultados y cuando la cosas no van bien es más complicado que la gente se anime a venir a ver un partido a un bar», reconoce Adrià.
Por eso la idea del directivo pasa por el fomento de un sentimiento de identificación con la peña que vaya más allá de ver partidos juntos. «Nos gustaría crear una gran familia en Barcelona que se parezca lo más posible a si estuviéramos en Vigo», indica. De ahí que se propongan «potenciar que te hagas de la peña no solo para ver un partido, sino porque organicemos una churrascada o porque un socio que es cantante nos dé un pequeño concierto. Se trata de crear buen rollo y unión», recuerda.
Con Manolo Devesa en la presidencia, Adrià es la savia nueva que recoge el testigo de los fundadores. «Hay alguna gente que se ha vuelto a Vigo y que movía mucho la peña -algunos de ellos impulsaron la peña viguesa Le-chuzas Celestes-. Otros tienen ahora una edad distinta en la que ya tienen niños, se tienen que ocupar de sus familias y no le pueden dedicar tanto tiempo. Es normal», reflexiona.
En su cabeza ronda también la idea de poder contar con algún exjugador o con rostros conocidos a los que se identifica con el celtismo y poder hacer algún acto o celebración. Lo que es seguro es que como celebración del aniversario promoverán un desplazamiento en masa de los peñistas. «Nos gustaría que fuera a Bilbao, pero dependerá mucho del horario, que estando en Barcerlona nos condiciona por completo», recalca. Adonde no irán tampoco este año, según se votó en la asamblea, es al Camp Nou. «Es abusivo. Haremos una cena o comida según cómo caiga», avanza.
Actualmente son alrededor de 90 peñistas y están abiertos a que cualquier celtista que esté en Barcelona se sume a ellos. «Pueden contactar con nosotros a través de redes sociales -recientemente pusieron en marcha una cuenta de Facebook y también están en Twitter e Instagram- y si no acercándose a la sede -Verdaguer Café-, el dueño tiene los formularios de inscripción», señala. La cuota de alta es de diez euros, el mismo coste de la renovación anual.