El primer dilema de Óscar García

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

La elección y la disposición del medio campo, sin una combinación estable, se erige en una declaración de intenciones del nuevo entrenador del Celta

08 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Dime qué mediocentro pones y te diré como juega tu equipo», reza una de los conocidos dichos del fútbol. Y la frase encaja de maravilla en la elección del centro del campo del Celta que Óscar García Junyent tendrá que realizar para debutar ante el Barcelona, porque en función del parte de lesiones, la sala de máquinas parece la única que admite retoques por el momento.

El nuevo entrenador del conjunto celeste no podrá contar con Rafinha, a quien tuvo en aquel Barça juvenil de ensueño y que seguramente será un pilar importante para él cuando esté recuperado de la nueva dolencia. Mientras tanto, debe decidir dibujo y composición de la medular.

Partiendo de la base de que solo cuenta con un mediocentro de perfil defensivo como Okay y que Lobotka, Beltrán e incluso Pape representan un patrón similar, aunque cada uno con sus características. Luego quedarían las opciones de Brais Méndez y Denis Suárez, que vienen partiendo de posiciones de banda pero que viven en el pasillo central y que también podrían entrar en lleno en algún dibujo que dote de mayor protagonismo a una zona del campo que ha levantado muchas dudas en este inicio de temporada.

Si Óscar García optase por el 4-3-3 con el modelo Barça lo más parecido a Busquets sería Okay Yokuslu, que desapareció del mapa después del partido de Eibar y no tuvo un solo minuto en la semana de tres partidos. La temporada está resultado de lo más dura para el otomano, que no pudo ponerse a punto en el verano por mor de la lesión y ahora lo paga. A su lado podrían jugar Lobotka, Pape o Beltrán, pero también Denis o Brais, dependerá del camino que elija el sabadellense.

Si Óscar García optase por un 4-2-3-1 las opciones de combinación son mayores, porque aquí puede mezclar el perfil defensivo de Okay con Lobotka, al que le gusta jugar de seis por encima de todo, o incluso apostar por dos jugadores más creativos, lo que daría opciones de cara a Beltrán, por el recorrido que tiene y el trabajo que desempeña dentro del campo, y a Pape, que en los últimos tiempos aumentó su protagonismo con respecto al pasado, de poder entrar en la formación inicial.

En este dibujo Denis y Brais pasarían a ejercer el papel de medias puntas, que incluso podría afecta a Iago Aspas jugando por detrás del Toro Fernández, el único delantero disponible además del versátil moañés. Cualquiera de los tres pueden jugar por dentro.

No afectaría tanto a la sala de máquinas un viaje hace el 4-2-1-3 de Berizzo, ya que la falta de Santi Mina, lesionado, y la situación de Pione Sisto no deja demasiadas alternativas para los costados.

Mantener el 4-4-2 que ha venido imperando en los últimos siete meses en el equipo de la mano de Escribá parece más complicado y sería tildado de inmovilista, pero tampoco puede descartarse del todo. En este escenario conocido las posibilidades serían todas. Hasta la fechas las parejas que más han combinados fueron Okay con Lobotka y el eslovaco con Beltrán, pero ninguna de ellas fue lo suficientemente fiable para asentarse.

Al dibujo García Junyent le debe incorporar la hoja de ruta partiendo de la base que el rendimiento de casi todos los centrocampistas ha estado por debajo de lo esperado con Beltrán como excepción. A Okay le ha faltado contundencia y visión periférica para evitar despistes mayúsculos como en Eibar, Lobotka no tiene la chispa que le permitía superar líneas con asiduidad con su fútbol de conducción y Pape ha aportado intensidad pero su poca participación invita a la cautela a la hora de hablar de su rendimiento. Brais y Denis apenas jugaron como centrocampistas o mediapuntas y Rafinha tiene pendiente la tarea de la continuidad.

A mayores, y de cara al debut de Óscar, hay que tener en cuenta la enjundia del rival, que puede invitar a tomar precauciones aunque después se apueste por otro modelo a la vuelta del parón de selecciones. El primer dilema de la nueva era. Y una declaración de intenciones.