El Celta quiere, pero no puede

JULIO ÁLVAREZ-BUYLLA VIGO

GRADA DE RÍO

Biel Aliño

24 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta quiere ganar los partidos de una manera de la que no es capaz de hacerlo. La apuesta de los vigueses es loable pero no efectiva y ha demostrado que es insuficiente para competir y ganar a rivales incluso con un nivel técnico/táctico inferior, esto último sobre el papel, claro está. O el club le da una vuelta a todo en este mercado invernal o esto lleva camino de un triste final. Y es que, como dijimos anteriormente, esto no parece ser un problema de sistemas.

Domingo a domingo comprobamos como en esta Primera división pocos equipos ganan exclusivamente jugando al pie y los que tradicionalmente lo hacían incluso manejan más alternativas. 18 partidos y dos entrenadores parecen tiempo y argumentos suficientes para preocuparse y actuar. Más aún cuando este año ni siquiera podemos agarrarnos al comodín del regreso de Aspas como solución a los problemas.

La clave

El Celta eligió cambiar y propuso una variación táctica que hizo mejor al equipo en campo rival pero que lo condicionó en campo propio. Hasta que se vio por detrás en el marcador el Celta en ataque se asoció bien, dio sensación de peligro e incluso asfixió con su presión a un Levante que solo creaba peligro cuando era capaz de desarbolar esa presión. Sin embargo, el Celta sufrió en las transiciones con las caídas de los delanteros rivales a la espalda de los carrileros, cuestión que se amplificó tras el descanso cuando además los granotas ampliaron la ofensiva con la caída de Morales a banda derecha. El cambio de planteamiento vigués y los cambios pocas cosas aportaron y no ofrecieron las alternativas necesarias para generar opciones de empatar.

2 Las áreas

Cuando te rematan cuatro o cinco veces sin oposición dentro del área, las probabilidades de encajar se multiplican. El foco de atención del defensa se amplía, pierde la marca y su prioridad pasa a ser intuir la trayectoria del balón en lugar de anticipar o entorpecer con el marcaje la acción del delantero. El Celta, que comenzó la temporada atacando mal y defendiendo con corrección, acumula una serie de partidos que nos devuelven a los últimos tiempos, donde cada balón al área suponía un claro riesgo de encajar.

La continuidad

Independientemente de que cada aficionado o cada entrenador tenemos un once y una decisión distinta en la cabeza, sí parece claro que la continuidad favorece el rendimiento individual y colectivo. Para la reflexión.

Toma de decisiones

No puede ser excusa que las decisiones acertadas o no del árbitro puedan influir sobre la capacidad de concentración de un deportista de alto nivel. El futbolista muchas veces antepone la protesta a la reacción como si esta pudiera variar la decisión arbitral. Esos segundos de protesta que posponen la decisión táctica resultan fundamentales a la hora de resolver favorablemente una acción. Los vigueses perdieron sus opciones en un saque de banda donde debería haber prevalecido el rápido repliegue.