El enigma de Souleymane Cissé

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Jacobo Montes explica la falta de protagonismo del senegalés, que no ha debutado y apenas ha entrado en convocatorias

03 ene 2020 . Actualizado a las 11:38 h.

Entre las caras nuevas que llegaron desde fuera el pasado verano al Celta B estaba el del defensa senegalés Souleymane Cissé, internacional sub-20 procedente del Stade de Mbour de su país. Desde el anuncio de su incorporación a mediados de julio, poco se ha oído hablar de este futbolista hasta el punto de que aparte de no haber debutado, solo ha entrado en cinco convocatorias, de manera consecutiva entre las jornadas novena y decimotercera.

Su entrenador, Jacobo Montes, explica que la falta de protagonismo del jugador tiene un motivo claro: «Tiene un inconveniente grande, y es que no domina el castellano y tiene un problema de comunicación importante. Solo habla francés y no es un idioma que hablemos los miembros del cuerpo técnico», argumenta el preparador redondelano. Esto implica dificultades a la hora de transmitirle lo que quieren de él. «Necesitamos que las correcciones para las mejoras sean instantáneas, y no al acabar el entrenamiento y casi por señas», indica en relación a los métodos que vienen empleando.

Afirma, no obstante, que Cissé está recibiendo clases de castellano y poco a poco va mejorando, un factor que considera que será clave para que poco a poco pueda ir entrando en el equipo. «Es complicado, porque el equipo no está en una situación cómoda para poder ir dándole minutos y ver el nivel que tiene», añade.

Convencido de que tiene cosas que aportar al equipo, Montes confía en que «todo va a ir a mejor» en relación con este futbolista. «Acabará debutando y jugando minutos porque las condiciones las tiene», concluye.

Los casos de Lauti, Gabri e Iker

Sobre Lauti de León, jugador que llamó la atención con el primer equipo en verano y que en las últimas semanas del 2019 jugó con el Juvenil de División de Honor, Montes explica que el suyo es un «caso claro». «Es un chico por el que el club apuesta mucho. Hay que partir de la base de que es juvenil, estaba compitiendo ya en Segunda B y de las primeras jornadas únicamente no jugó en una», recuerda. Pero la cosa había cambiado en las últimas jornadas: «Su volumen de minutos no estaba siendo el que considerábamos que debía ser y tiene la posibilidad de jugar con los juveniles», señala.

De esta manera, el delantero «en vez de estar parado puede jugar 90 minutos con los juveniles, ir cogiendo ritmo de competición y recuperando sensaciones», valora. Y lo compara con el caso de Gabri Veiga, que también retrocedió a juveniles hace unas semanas para luego volver al filial. «Empezó como titular, desapareció de las convocatorias del B y ha vuelto a ser importante de nuevo. Muchas veces es importante volver a su sitio, recuperar confianza, coger minutos y seguramente le va a venir bien para recuperar sensaciones y volver a ser importante».

En cuanto a Iker Losada, comenta que no va a ser él quien lo descubra ahora. «Es un chico en edad juvenil con una proyección brutal. Hay que entender el momento en el que está, en un año le han pasado muchas cosas en poco tiempo: debutar con el b, con el primer equipo marcando, con la selección sub-18… Necesita un proceso de asimilación, de digerirlo, establecerse y encontrar su sitio».

El de Catoira alterna entrenamientos con el B y con el primer equipo. «Confío mucho en él, tiene un talento descomunal. Le falta ser continuo en su juego», analiza. Montes entiende que el futbolista «es tan bueno cuando tiene el balón como cuando no lo tiene y si hay un pero que se le puede poner a Iker, que es propio de su edad, es que cuando no tiene el balón le cuesta la fase defensiva. Es jovencísimo y lo va a ir cogiendo, tiene un futuro brillante por delante».

Además, Jacobo explica que jugadores como Miguel Rodríguez, Carlos Domínguez o Raúl Blanco entrenan a menudo a sus órdenes. «Lo bueno que tienen las demandas del primer equipo, que afrontamos con naturalidad, es que te permiten demandar de los juveniles. Me gusta estar pendiente de la base, no miro fechas de nacimiento, sino rendimientos. No me paro a pensar si tienen 16 o 22, me gusta estar en contacto con la base y hablo mucho con Jorge (Cuesta)». Destaca que los juveniles de este año, nacidos en 2003, 2002 y 2001 tienen «mucho potencial» por lo que hay que «estar muy pendientes de sus evoluciones».