Volvió a adelantarse en el marcador con tanto de Santi Mina pero fue incapaz de proteger su ventaja y cedió un empate

Xosé Ramón Castro
Redactor de Vigo

Cambia el año pero la vida sigue igual. El Celta sale del descenso en la última jornada de la primera vuelta, pero sus síntomas siguen siendo preocupantes y la tarea de la salvación parece cada día más complicada. En un partido trabado e intenso se adelantó en el marcador mediado el segundo tiempo por mediación de Santi Mina pero siete minutos después empató el Chimy Ávila para Osasuna y ya son cinco jornadas sin ganar. Los célticos empujaron más y tuvieron las mejores ocasiones, pero fueron incapaces de cerrar el partido una vez más. Con Óscar García en el banquillo el equipo solo ha ganado un partido y el efecto del cambio de entrenador hace tiempo que se evaporó.

Para comenzar Lobotka no tenía la cabeza para jugar en Balaídos y fue Fran Beltrán una de las novedades en el once de un Celta que comenzó temeroso ante el empuje de Osasuna pero que acabó mandando en el primer tiempo. Lo hizo cuando igualó la intensidad de los navarros y comenzó a visitar los dominios de Sergio Herrera. Aidoo envió un saque de esquina al travesaño, Iago Aspas, que jugó muy libre, puso a prueba al portero rival con un potente disparo desde la frontal tras asistencia de Rafinha y Pione Sisto sacó a pasear su rosca característica para provocar un córner.

A este punto de esperanza, acompañado de implicación e intensidad, le faltó del gol y le sobró la licencia de Aidoo de cada partido. En este caso llegó en los últimos segundos del primer acto, cuando el ghanés en vez sacar el balón con un patadón decidió una cesión envenenada que acabó con una recuperación de Osasuna, tras un mal despeje de Rubén, y un tiro al palo de Rubén García que pudo echar por tierra todo el trabajo del primer acto.

En la segunda mitad los vigueses aumentaron la presión y vivieron durante un buen puñado de minutos en campo contrario ante un rival que centró su cometido en defenderse. Sin embargo las ocasiones claras no terminaban de concretarse y el balón parado parecía el único recurso, pero ni Olaza ni Aspas acertaron con dos faltas al borde del área.

Óscar buscó profundidad y metió en el campo a Juan Hernández, que desde la izquierda le dio otro aire al ataque del Celta, pero el gol llegó teniendo de protagonistas a dos jugadores que iniciaron el partido. Un servicio excelso de Aidoo que acabó con gol de Santi Mina, que rompió el fuera de juego atacando el espacio y que le hizo un caño a Sergio Herrera para marcar a portería vacía. Una maravilla de gol que parecía despejar el camino celeste. Incluso los vigueses pudieron hacer el segundo en una penetración de Juan Hernández y en un disparo flojo Rafinha.

Y como de costumbre, el Celta fue incapaz de cerrar el partido y siete minutos después, en su primera ocasión clara el Chimy Ávila empató de cabeza burlando la marca de David Costas, lo que dejó a Balaídos sin regalo de Reyes.

El 1-1 destrozó por completo al Celta que ya no se levantó de la lona e incluso fue Osasuna el que siguió intentándolo. Los buenos deseos para el 2020 se quedan en una declaración de intenciones y el equipo sigue necesitando una reacción urgente. El domingo toca Copa, pero la realidad de la liga no puede ser más preocupante.

Ficha técnica:

1; Celta de Vigo: Rubén Blanco; Kevin Vázquez, Aidoo, Costas, Olaza; Okay Yokuslu, Beltrán; Santi Mina (Toro Fernández, min.87), Rafinha (Brais Méndez, min.87) , Pione Sisto (Juan Hernández, min.69); Iago Aspas.

1; CA Osasuna: Sergio Herrera; Jon Moncayola, Aridane, David García, Estupiñán; Darko, Oier (Iñigo Pérez, min.81); Roberto Torres (Juan Villar, min.80), Adrián (Rober Ibáñez, min.72), Rubén García; Chimy Ávila.

Goles: 1-0 Santi Mina, min75; 1-1 Chimy Ávila, min.81

Árbitro: Cuadra Fernández (colegio balear). Amonestó a Kevin Vázquez, Beltrán, Rafinha y al entrenador Óscar García Junyent por parte del Celta de Vigo, y a Estupiñán, Darko, Oier por parte del Osasuna.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimonovena jornada de la liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 11.932 espectadores.