El nuevo céltico se muestra como un centrocampista posicional que deja más libertad a Okay
19 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La pasada jornada, por primera vez, coincidieron en el once del Celta los tres fichajes del mercado de invierno, y los tres dejando buenas sensaciones. Murillo lo lleva haciendo desde que llegó -ha completado los cinco partidos disputados en este tiempo, pese a un breve paso por el parte médico- y Smolov fue el encargado de abrir el marcador en su tercer partido y segundo como titular. Pero Bradaric era la gran incógnita y también dejó buenas sensaciones.
El centrocampista croata había debutado con veinte minutos en la victoria frente al Sevilla en Balaídos, pero ante el Real Madrid, Óscar García Junyent le dio su primera titularidad. Ya había advertido el técnico en la previa de que, pese a que llegó al equipo estando en pretemporada en el Hajduk Split, le veía listo para jugar. Acabó disputando 83 minutos, dejando su sitio al goleador Santi Mina.
En su presentación como céltico, Ratkovic ya incidió en algunas de las características que les habían hecho fijarse en este jugador y creer que podía encajar en la plantilla. «Es altamente dotado técnicamente, con gran juego posicional, capacidad creativa, tiene buen golpeo, su visión de juego va mucho más allá de los primeros metros», le describía. Unas cualidades que ya ha dejado ver en su primera toma de contacto con la camiseta celeste.
Filip Bradaric ha dado la impresión por el momento de ser un mediocentro 100 % posicional que abarca campo en el apartado defensivo. Esto tiene influencia directa sobre algunos de sus compañeros, al liberar a Rafinha y a Okay, al que permite jugar un rol distinto en el que parece estar creciendo en los últimos partidos, sumándose así con más asiduidad al ataque.
El centrocampista turco comenzó jugando en la izquierda y después se pasó a una especie de doble pivote. El croata se está mostrando como un jugador de control y pase, que trata de limpiar las jugadas buscando el pase fácil, de seguridad, con lo que abarca mucho terreno de juego y se ocupa de barrer los balones del centro del campo.
Centrocampista más bien defensivo, parece que no es dado a avanzar hacia arriba y se posiciona bien entre los centrales. Por lo visto hasta ahora, no sale demasiado con el balón jugado, pero otros factores que hay que tener en cuenta son la falta de ritmo por estar en pretemporada cuando llegó y la falta de adaptación por estar reciente esta llegada. Esto invita a pensar que puede tener un importante margen de mejora una vez que esté completamente aclimatado y acoplado a sus compañeros.
«Se trata de un centrocampista más bien posicional, de control y pase, al que le gusta mucho dirigir al equipo y controlarlo en defensa», comentaba a La Voz Dani Iglesias, que se enfrentó a él en la liga croata, después de conocerse que se incorporaba al Celta. Destacaba precisamente su capacidad de cubrir mucho campo, insistiendo en que era diferente a Lobotka, «más de control y pase».
Bradaric firmó frente al Real Madrid un acierto en el pase de un 81 %, con 22 precisos de 27 intentados. Dio un pase clave y ganó un balón aéreo -ir bien de cabeza es otra de las virtudes que se le presuponen-, además de realizar dos despejes y una intercepción.