Al contrario que la mayoría de sus compañeros, los dos célticos viven el confinamiento alejados de sus familias
27 mar 2020 . Actualizado a las 08:53 h.La mayoría de los jugadores del Celta viven estos días de confinamiento rodeados de sus familias. Muchos están acompañados de sus parejas y, los que son padres, de sus hijos, pero hay dos excepciones confirmadas por ellos mismos: Smolov y Bradaric. Ambos han comentado, en un caso mediante Instagram, y en el otro a la prensa de su país, cómo viven esta situación.
El croata está casado y tiene un hijo pequeño, Luka, pero el momento del decreto del estado de alarma les pilló fuera, con la previsión de volver pocos días después, y ya no pudieron hacerlo. Bradaric expresaba que lo peor para él está siendo no poder estar junto a ellos, aunque poder comunicarse a menudo ayuda a sobrellevarlo. «Deberían haber venido de vuelta ahora. Si estuviéramos juntos sería más fácil de llevar esta incertidumbre», indicaba hace unos días. Sin embargo, no esta solo, sino que tiene a su lado a un amigo suyo, Marko Culic.
Smolov sí está completamente solo en Vigo, tal y como él mismo ha declarado. Aunque su relación con una nieta de Yeltsin fue muy comentada, no ha trascendido si su pareja ha llegado a acompañarle en Vigo en algún momento, pero en un directo de Instagram esta semana hablada de la soledad y Denis y Iago reflexionaban en su conversación en la cuenta de Instagram del Celta sobre su difícil papeleta siendo casi un recién llegado. «La vida se hace dura cuando estás en un país extranjero, en una ciudad extranjera, sin ninguno de tus amigos ni conocidos y ni siquiera puedes salir», indicó el ruso, pero añadiendo que es una buena oportunidad para el desarrollo personal.
Otro de los nuevos de enero, Murillo, está junto a su mujer y su hija, esperando la llegada de un nuevo miembro de la familia. La pequeña Celeste ameniza sus días, cómo comentó a Celta Media -«está en una etapa que se disfruta mucho, está todo el día haciéndonos reír, mostrándonos cosas nuevas»- y muestra habitualmente redes sociales. Ha subido vídeos entrenando con ella, jugando y con la pequeña mandando incluso un mensaje al celtismo.
También en familia y en plena cuenta atrás aumentarla con el próximo nacimiento de su segunda hija está Hugo Mallo, que ayer mismo compartía imágenes entrenando mientras su hijo Luca jugaba al lado, ambos grabados por la mujer del canterano, Carla Caíño. Tampoco Iago Aspas se separa de su mujer, Jennifer Rueda, ni sus hijos. Thiago y Mía, aunque para hablar con Denis se encerró en la habitación de la pequeña. «Aguantar un directo con estos dos es imposible», comentó al empezar.
Tanto Néstor Araujo como Okay Yokuslu están junto a sus esposas, mientras que a Pione SIsto le acompaña una de sus hermanas -que ayer avisaba a sus amigos daneses de lo duras que son las restricciones en España y ponía sobre la mesa la posibilidad de que lleguen a su país-, como ha mostrado ella en Instagram con múltiples publicaciones en los últimos días. Menos se sabe de cómo lo pasan otros foráneos como David Juncá -desaparecido en redes, aunque habló de su confinamiento para la televisión catalana-, Jorge Sáenz o Lucas Olaza, aunque los dos últimos suelen convivir en Vigo con sus parejas, lo mismo que Pape Cheikh.
El directo de Denis, este mostró cómo es su día a día en el confinamiento, siempre al lado de Nadia Avilés, a la que quiso presentar a sus seguidores que aún no la conocieran. Rafinha, más discreto, solo ha subido publicaciones él solo, aunque habitualmente convive también con su compañera.
Joseph Aidoo apenas se ha mostrado en redes desde que comenzó la cuarentena, pero llegó al Celta junto a su familia, que dio la bienvenida a un nuevo miembro desde entonces. Beltrán sí ha colgado más de un entrenamiento con su novia.
Echando de menos «ese sentimiento»
Lo que todos los jugadores seguramente coinciden en echar de menos son los entrenamientos y los partidos. Ayer Okay y Rafinha compartían mensajes en redes en ese sentido y, además, el hispanobrasileño respondía al turco, que colgaba una foto de ambos abrazándose.