Los nuevos celtistas que esperan sus carnés

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

Padres que pretendían hacer abonados del Celta a sus hijos recién nacidos esperan ansiosos la campaña para poder hacerlo

22 oct 2020 . Actualizado a las 11:13 h.

Cuando supieron que iban a ser padres, se imaginaron que sus bebés llegarían al mundo prácticamente con un carné del Celta bajo el brazo. Poco podían imaginar que una pandemia les iba a impedir hacer socios a sus hijos nada más nacer como habían planeado. Son los bebés que, en la mayoría de los casos ataviados ya con bodys, patucos y demás complementos celestes, esperan para convertirse en la nueva generación de socios celestes.

Hugo Sanromán Cerezo

Nacido el pasado 13 de octubre, Hugo Sanromán es hijo de Mon y Andrea, socios con más de diez años de antigüedad y, en el caso de él, con otra larga etapa anterior como abonado. «Mi familia nunca fue muy futbolera, pero como mi abuela vivía en la Florida, cuando íbamos los domingos a visitarla y yo de peque veía a la gente ir a Balaídos con las bufandas y las camisetas yo también quería eso», cuenta el recién estrenado padre. Así comenzó una «locura» que ahora quiere transmitir a su pequeño.

«Mi sueño era tan pronto tener un hijo hacerlo socio, pero dadas las circunstancias parece que no va a poder ser, por lo menos de momento», asume Mon. Espera que el club pueda buscar una alternativa cuanto antes «para seguir arrastrando a los más peques a la familia celtista», aunque admite que es complicado. De momento, Hugo aún no tiene su primer regalo celeste, pero está convencido de que «en nada su habitación estará repleta de detalles del Celta» como la estuvo la suya durante muchos años.

MON SANROMÁN

Sabela Cabiedes Calo

Desde el 20 de mayo lleva ya Sabela esperando por su carné. Hija de Diego y Sheila, es su madre, viguesa de 29 años, la que cuenta los antecedentes celtistas de la familia y la que más empeñada está en abonar a su niña. «Son socios o seu tío, o seu tío avó, a madriña... Os avós van cando poden pero a socia máis vella son eu, levo 13 anos», señala. Y añade que aunque sus padres no eran especialmente futboleros cuando ella era niña, enseguida se enganchó: «Eu en canto pisei Balaídos xa toleei co Celta».

El bisabuelo de Sabela era habitual de Balaídos en tiempos de Pahiño, señala Sheila. «Aínda que xa non está con nós, sei que lle encantaría ver a Sabela berrar cada domingo no vello Balaídos», cuenta. Al haber sido imposible abonarla en sus primeros días -»a situación non estaba para pedir moito», dice- ahora espera que el momento de poder hacerlo sea muy pronto.

SHEILA CALO

Iago Martínez Martínez

Hijo de Joaquín y Sara, Iago Martínez vino al mundo el 12 de octubre y aparte de tener padres celtistas, también lo son sus abuelos y bisabuelos. Viniendo de una familia así, cuenta Joaquín que les hubiera gustado «hacerlo abonado ya» y si hubiera una manera de conseguirlo cuando antes, dice, «sería fantástico».

Sara tiene un número de socia poco por encima del 3.000 pese a tener 29 años y su abuelo es el 2.600, su bisabuela también lo era, cuenta Joaquín. «El caso es que somos una familia de Vigo y una generación arrastró a otra, como le está pasando ahora a Iago», relata. Los dos están deseosos de hacerlo socio, pero él confiesa divertido que «la mamá de Iago no permitiría otra cosa». Pese a todo, entienden la situación y han decidido «tomarlo con calma», aunque con la ilusión intacta de que el pequeño tenga cuando antes su carné.

JOAQUÍN MARTÍNEZ

Sabela Galiñanes Becerra

Esta misma semana nacía en Cataluña Sabela, de familia celtista pese a la distancia. Su padre, Nico, se considera socio de toda la vida. «Son desde os dez ou así, pero porque antes entrabas nos brazos do pai ou avó, non había tornos, asentos nin nada», recuerda. Ahora que las cosas funcionan de otra manera y hace falta el carné para entrar le haría «moita ilusión» que su hija lo tuviera cuanto antes y que sea «para toda a vida».

En la familia parterna de Sabela -cuya mamá se llama Vanessa- todos son celtistas, como muchos de sus amigos. «Por varios lados, po meu pai, imáns e amigos contactaron co Celta para ver como podían facelo, pero explicaronlles que por agora non se podía», indica. También el padrino de la pequeña quería haberle regalado el abono al nacer. Nico está seguro de que su hija será digna heredera de alguien muy especial: «Meu avó, que xa faleceu, foi quen nos meteu a todos o celtismo nas veas».

Enzo López Moldes

A Enzo, nacido el 21 de septiembre, el celtismo le viene por vía paterna y no solo de su padre, David López, sino también de su bisabuelo Carlos Rodríguez Saínza, socio del club vigués como les hubiera gustado que fuese ya el nuevo miembro de la saga celtista. «Queríamos hacerlo el día que nació», cuenta el progenitor. La mamá es Noelia Moldes Rodríguez. 

Al que más ilusión le hace es a su bisabuelo, que ya le dice que crezca, que quiere viajar con él a ver al Celta». Porque Carlos cogió un avión por primera vez en los últimos años para apoyar al equipo en un desplazamiento. De momento, más allá del carné, la familia está deseando poder ir a Balaídos con Enzo, que ya viste de celeste. 

Leo Aranda Castelo

El pasado 6 de julio nació otro celtista que tendría su carné de socio a día de hoy de no ser por la pandemia, es Leo Aranda Castelo, hijo de Fernando y Eva. «Son aboado desde 1987 máis ou menos, e a nai tamén é socia, coma o seu irmán, Asier, aínda que non reside en Vigo», cuenta el padre. Y explica de una forma muy clara por qué quiere abonar al pequeño: «Facelo socio é facelo dunha familia de sentimentos non sempre victoriosos, pero con afouteza, orgullo e sentimento de pertenza á nosa terra».

Neva González Tetriacova

Neva González ya tiene bodys y demás complementos celestes. Cuenta su padre, Ángel González, de la peña Siareiros Dezaos de Lalín, que ha esperado a comparle la camiseta porque «seguramente non a poña ata dentro de dous ou tres anos e é mellor esperar a que medre para que leve a desa temprada». Lo que aún no tiene es el carné que de haber podido también le hubiera gestionado al nacer. «É a miña primeria filla e faime moita ilusión». Su madre es Olga Tretiacova.