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26 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Corría el verano de 1990 cuando el ayuntamiento de Vigo cedía al Celta las instalaciones de A Madroa. Y ese mismo día, 27 de julio, el primer equipo realizaba su primer entrenamiento en aquellas instalaciones. Las mismas en las que ayer, 30 años y cuatro meses después, se ejercitaban por última vez los actuales componentes de la plantilla antes de comenzar esta tarde (16.00 horas) a trabajar en la nueva ciudad deportiva de Mos, bautizada como Afouteza.
El entonces presidente del club vigués, José Luis Rivadulla, veía cumplida una vieja aspiración al recibir de manos del alcalde, Manoel Soto, aquellas instalaciones que destacaban por tener un campo de las mismas medidas que Balaídos. «Estas instalaciones son un hijo mío, que parí yo. Estuve aquí dos años trabajando, planifiqué todos estos campos, incluso personalmente, marcando con cinta», señalaba poco antes de que el equipo dirigido por Maguregui estrenara la que iba a ser su casa durante tres décadas.
Aquel Celta que acababa de finalizar una concentración en Manzaneda y que militaba en Segunda división contaba en su plantel con nombres como Vicente, Otero o un Atilano que aún trabaja a día de hoy en el club. Ellos formaban parte de la primera de decenas de generaciones que han ido pasando por el club.
En A Madroa se presentó Aspas esa tarde en la que tantas veces ha contado el gran símbolo del Celta que mintió sobre su edad para poder realizar una prueba en la que le cogieron. Ayer, él protagonizaba un vídeo sin palabras con el que el Celta se despedía del lugar donde el moañés se formó y creció. Donde ha desarrollado toda su carrera con la única excepción de dos temporadas.
El vídeo muestra a Aspas caminando por las distancias dependencias de A Madroa hasta salir de allí. Con su móvil en la mano, mira la ruta para dirigirse a las instalaciones de Mos. Su nuevo lugar de trabajo desde hoy mismo junto con unos compañeros la mayoría de los cuales no habían nacido en ese 1990 en que el Celta comenzó a utilizar las instalaciones. Solo Nolito y Sergio, aparte de Iago, habían nacido ya.
Ahora, A Madroa pasa a ser historia para el primer equipo, aunque seguirá acogiendo entrenamientos y partidos de los equipos de base, a excepción de un Celta B que también está previsto que realice la mudanza junto con el primer equipo. Adiós a un lugar lleno de recuerdos para varias generaciones de celtistas. Ahora le toca a Afouteza, aunque el público allí, por ahora, tendrá que esperar.