El Celta, con la duda del sustituto de Santi Mina y la opción de un cambio de dibujo, busca el cuarto triunfo consecutivo en liga ante un Alavés con acento gallego
20 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.EEl Celta busca repetir su cota más alta desde el regreso a Primera: cuatro triunfos consecutivos en liga, una cima imposible desde la primavera del 2014. Hollar esa cumbre significaría para el conjunto vigués la confirmación de que el efecto Coudet llegó para quedarse y permitía a los celestes comenzar a asentarse entre la clase media, el lugar que por nivel deportivo y desembolso económico debería corresponderle. Sin dejar de mirar el corte del descenso, porque el viento a favor no debe confundir el objetivo. Ni en lo alto de la montaña.
La gran incógnita para recibir a un Alavés repleto de caras conocidas es quién será el sustituto del lesionado Santi Mina y si la ausencia del delantero vigués no significará una vuelta de tuerca en el sistema del Chacho. Emre Mor confirmó en el Tartiere que ya está para jugar, pero el turcodanés no tiene nada de nueve al uso. Ese perfil lo da Lautaro de León, que ya debutó en Primera y se estrenó como goleador en Copa, por eso el uruguayo de Portonovo podría ser el elegido. Una tercera alternativa sería colocar a Beltrán casi como media punta, como sucedió ante el Cádiz tras la lesión de Mina.
Si juega el atacante con ficha del Celta B, todo indica que Coudet podría mantener el 4-1-3-2 como sistema madre, pero si Mor o Beltrán son los elegidos, el giro podría derivar a un 4-1-4-1, lo que le cortaría las alas creativas a Iago Aspas, ya que tendría que actuar como nueve de referencia, una posición nada extraña para él, pero que ahora puede suscitar dudas dado su extraordinario rendimiento como verso libre del ataque. En el camino de regreso a sus orígenes.
En la cordada el Celta también le tendrá que buscar un sitio a Murillo, que cumplió el partido de sanción y debería volver al eje de la zaga. Araujo, que descansó ante el Llanera, podría ser su pareja. Todos lo demás serán los mismos de un once que ya comienza a recitar el celtismo de carrerilla.
Una formación muy reconocible que tendrá el reto de encadenar la tercera victoria consecutiva en casa y hacer pleno en la doble cita como local, algo tan difícil como poco habitual. Con la dificultad añadida de que el rival llega con una victoria en Valdebebas como carta de presentación y con siete puntos como bagaje a domicilio. Hace dos semanas era un equipo elogiado por todos, pero la derrota en Huesca enfrió su escalada. Puede ser un aviso para un Celta que ahora vive un proceso similar.
El factor emocional también jugará su papel. El Alavés visita Vigo con Joselu, Luis Rioja y Jota, tres excélticos, como amenazas y con el coruñés Lucas Pérez como enemigo declarado. Ellos son los cuatro jugadores que forman el frente de ataque en un cuadro babazorro en donde otro ex como Guidetti es una bala en la recámara. Además, los vascos recuperan dos puntales importantes para la batalla: el mediocentro argentino Rodrigo Battaglia y el central galo Florian Lejeune.