El contacto entre Maxi y Rubén no parece suficiente para una expulsión
21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Maxi Gómez ganó el espacio y comenzó a correr hacia la portería rival. A su encuentro salió desde su zona Rubén Blanco y nada más cruzar el umbral del área grande, el excéltico se fue al suelo y el portero de Mos se levantó como un resorte. En teoría no había pasado nada y el árbitro ordenó que siguiera el juego, pero el pinganillo de Pizarro Gómez se activó, González González le informó desde la sala VAR y, tras dirigirse al monitor, volvió con la tarjeta roja en la mano.
«En el minuto 63, el jugador (13) Blanco Veiga, Rubén fue expulsado por el siguiente motivo: Derribar a un adversario, fuera de su área de penalti, impidiendo con ello una ocasión manifiesta de gol», indica el acta, inapelable en su redacción, pero que quizás no se corresponda del todo con lo sucedido en el césped del Mestalla.
Porque para comenzar, fueron necesarias muchas tomas para confirmar que existe contacto entre el delantero del Valencia y el portero del Celta. Como mucho, un leve choque de pies que el atacante elevó a la categoría de golpe de los que duelen. De hecho, no se levantó del suelo pese a los intentos de Rubén, excompañeros suyo en el Celta, y se negó a levantarse del césped. Desde allí, siguió el charrúa los acontecimientos mientras sus compañeros metían presión y Gayà se llevaba la amarilla por ello.
Cuando el árbitro volvió, ya lo hizo con la roja en la mano al entender que era ocasión manifiesta de gol, algo que tampoco puede darse por descontado porque el balón iba por un lado y Maxi por otro.
Con tranquilidad, abandonó Rubén el rectángulo de juego. Hacía más de tres años que no le expulsaban (en Las Palmas en octubre del 2017) y en un partido que el Celta se llevó de calle desde el principio (2-5). Para el guardameta es su tercera expulsión desde que forma parte del primer equipo.
También es la tercera para el Celta en lo que va de temporada. Fontán se llevó la primera ante la Real Sociedad, en el tiempo de descuento, y la segunda de Okay Yokuslu ante el Granada, todas ellas en Balaídos.
La expulsión marca una interrupción en la continuidad de un Rubén que estaba más que asentado en la portería del conjunto vigués y le abre de nuevo la puerta a Iván Villar, que fue el que comenzó la temporada por la lesión del mosense y que ahora tiene una nueva ventana para reivindicarse. Y como Sergio Álvarez continúa lesionado, de nuevo provoca que un portero del filial tenga que ir al banquillo, algo que no estaba sucediendo en las últimas fechas porque Iago Domínguez era el descarte habitual de las convocatorias ya que Coudet solo lleva a dos guardametas a la lista definitiva (el titular y el suplente).
Pizarro Gómez
La decisión del VAR aumenta la leyenda negra de Valentín Pizarro Gómez pitando al Celta, ya que el balance es de cuatro derrotas (la de ayer y tres del curso 2019/2020 y un empate, el de la primera jornada de esta liga en Eibar. Por el momento es otro de los colegiados malditos para el conjunto vigués.