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Coudet se congratula que no fuese ratificado tras la debacle de Valladolid, pero sabe que necesita un punto de inflexión para no ser presa de los resultados
24 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Serio, sin buscar justificaciones, con pocas horas de sueño y admitiendo el desastre del epílogo de Valladolid, pero convencido de que el partido de esta noche puede ser un punto de inflexión. Así se mostró el entrenador del Celta, Eduardo Coudet en su comparecencia previa al partido con el Getafe, una cita que no marcará el futuro, pero que aparece marcada en rojo en el calendario después de la quinta derrota en seis partidos y, sobre todo, la manera en la que se produjo.
Coudet se congratuló de que nadie del club le ratificase porque sabe que en las leyes del fútbol semejante afirmación es la antesala del despido. «Prefiero que no me ratifiquen, cada vez que te ratifican, estás al horno», comentó. Pero del mismo modo, el Chacho sabe de la exigencia y de la presión por los puntos. El fútbol va de ganar y no de triunfos morales. «No soy un poeta de esto, quiero ganar», dice. Lo ejemplifica con que no quiere ganar la posesión, sino los puntos. La principal exigencia que tiene es la propia, añadió. Quiere mostrar a la gente todo el fútbol que pueden desplegar.
El Chacho, que aseguró no haber tenido ningún contacto con la cúpula celeste en los últimos días (relativo a la crisis), está ante su momento más comprometido desde su llegada, pero también en un panorama que le resulta conocido. El curso pasado, a estas alturas, tenían los mismos 10 puntos y después, los célticos salieron sin apuros. Eso sí, con un lastre que les pasó factura a lo largo de toda la temporada. «Nos costó el arranque del torneo pasado y en números, estamos de la misma manera. Si este partido va bien, puede ser un antes y un después», apunta.
Por eso el primer mandamiento del nuevo curso debe ser la permanencia. «La imagen del cierre del partido anterior fue muy mala. Fuimos un desastre con mayúsculas en los últimos 20 minutos. La exigencia está y hay que ganar. Los resultados mandan». El principal objetivo es salvar la categoría sin sufrir como el torneo pasado, lo antes posible y a partir de ahí, apuntar a estar lo más arriba posible». En este sentido, el entrenador no quiso entrar en el debate sobre si desde determinados estamentos del club se apuntó demasiado alto el objetivo de este ejercicio: «El club ha apostado a un modelo. Siempre digo que no pongo excusas, acompaño el modelo de la mejor manera posible, tratando de sacar lo mejor y la mayor cantidad de resultados posibles».
Ese cambio de tendencia pasa por corregir los déficits en las dos áreas comenzando por el balón parado. «Estamos trabajando. Tenemos déficit. En defensivo no teníamos problemas, generalmente; éramos de los mejores en cuanto a defender el balón parado y ahora nos han convertido en dos partidos seguidos goles que han hecho la diferencia».
Todo pasa por ser más contundentes en la zona defensiva (el suyo es el segundo equipo más goleado tras el Elche) y sacar más provecho del juego de ataque. En Pucela tiraron 22 veces para marcar un gol y al Valladolid le bastó con menos de la mitad para hacer cuatro. Por eso, al margen de mejorar la puntería Coudet también necesita que más celestes se unan a la causa del gol. Que Iago tenga más socios.