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30 dic 2022 . Actualizado a las 21:51 h.El Celta cambió de año con las campanadas antes del partido, pero los resultados siguen siendo parecidos y el cuarto triunfo sigue sin llegar. Ante el Sevilla, fue superior en el primer tiempo y se fue al descanso con ventaja con un gol antológico de Gabri Veiga, pero los hispalenses reaccionaron tras el descanso y aprovecharon la debilidad celeste a balón parado para empatar a saque de córner con un testarazo de Kike Salas. El empate mantiene al conjunto vigués fuera de la zona de descenso, pero con el aliento de los de Jorge Sampaoli y el Cádiz en el cogote.
Gabri Veiga convirtió en gol la insistencia del Celta en una primera mitad en la que fue muy superior al cuadro andaluz. Los locales, con el 5-2-3 esperado y con Óscar Mingueza como compás del juego de los de Carlos Carvalhal en su doble función de central-lateral. A diferencia de otros tiempos, los vigueses no acapararon el balón para nada. Al contrario, no tuvieron ningún problema en compartir posesión con un Sevilla tocado pero con un once de tronío. Mientras el grupo de Sampaoli no llegó a crear ni una sola oportunidad real, el Celta percutió en un buen puñado de ocasiones, aunque casi todos sus intentos fueron bloqueado por un Nemanja Gudelj que se multiplicaba como central. La ocasión más clara en el arranque la tuvo Strand Larsen, pero su desmarque y control no se correspondió con la definición, demasiado cruzada.
Gabri también es un veinteañero, pero al de O Porriño no se le hace de noche ante la portería rival. Larsen controló de espaldas, Iago Aspas leyó la jugada en el centro del campo y desde ahí filtró un balón para que Veiga corriese al espacio y le picase el balón a Bono para marcar el primer tanto del Celta. Con el 1-0 el equipo vigués cedió el balón, pero tuvo otras dos llegadas -una de ellas, del moañés- que pudieron elevar la cuenta de resultados.
No fue así, y el Celta no fue capaz de contener el arranque del Sevilla a la vuelta del vestuario. Sampaoli no cambió el dibujo pero metió en el campo a Lamela por un extenuado En-Nesyri, Acuña comenzó a hacer estragos en la izquierda y el viento también le jugó una mala pasada. Encima, Larsen tuvo el segundo en una cabalgada y Bono sacó la pelota sobre la misma línea.
Salvado por la campana, el Sevilla encontró premio por la vía rápida. Primero evitó Agustín Marchesín el gol tras un remate de Lamela y el córner posterior acabó con un testarazo de Kike Salas que le ganó la partida a Hugo Mallo y metió el balón por un primer palo que no cubrió el portero argentino del Celta. De nuevo el balón parado hacía estragos. La sangría todavía pudo ser mayor, porque acto seguido, Marcos Acuña se sacó un derechazo casi sin ángulo que el portero local envió a córner.
En plena tempestad, el conjunto vigués consiguió recobrar el control del partido a través del balón y lo intentó con tres disparos (Aspas, Carles Pérez y Luca de la Torre) pero ninguno cogió portería y aunque el Sevilla se quedó con diez a falta de cinco minutos —Carmona ya debió ser expulsado en el primer tiempo—, el empate resultó inamovible. El 2 de octubre, la fecha de la última victoria celeste queda cada vez más lejos. Elche, tras la Copa, será la próxima parada.