La lesión crónica de espalda pone en jaque a Aspas

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Los dolores volvieron esta semana y el moañés aguantó menos de una hora

15 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Iago Aspas no completó el entrenamiento del Celta del jueves; el viernes, el club ofreció una imagen de la sesión de trabajo con el 10 sobre el césped y con un pequeño vendaje en su pantorrilla izquierda; el sábado, Carlos Carvalhal confirmó que el moañés estaba al 100 % y ayer, el jugador aguantó menos de una hora en el campo, se retiró con un rictus que revelaba que algo no iba bien y después de salpicar el partido de evidencias de que estaba incómodo.

No es la primera vez que los problemas de espalda lastran al 10. La suya es una lesión crónica que aparece cada cierto tiempo. Este curso ya le sucedió al principio de temporada y reaparece ahora que el curso entra en su último mes. Y la incomodidad que produce afecta en grado sumo a su rendimiento.

Iago Aspas, que lleva doce goles en liga, no marca desde el último partido antes del parón de marzo, cuando volvió a la selección española después de tanto tiempo. Vestido de rojo tuvo participación en los dos partidos, aunque el desarrollo de las dos contiendas no le favoreció, sino todo lo contrario.

De regreso a su hábitat natural en Vigo, Iago se erigía en pieza clave para que el entonces equipo emergente de Carvalhal cerrase la permanencia y se posicionase en la primera mitad de la tabla, pero ocho partidos después, no es así. Iago sigue sin marcar y, durante este tiempo, el Celta solo fue capaz de ganar un partido, y con el gol de un central, Joseph Aidoo, al Elche.

En esta racha negativa, el moañés participó en todos los partidos. Siete de ellos partiendo como titular, y uno desde la suplencia. Fue en Villarreal, cuando el técnico de Braga le dio los últimos 27 minutos tras concederle un respiro en el banquillo.

La pasada semana, marcada en rojo para intentar resolver la permanencia, volvieron a saltar las alarmas cuando el 10 tuvo que retirarse del entrenamiento. Finalmente, Carvalhal decidió que formase parte del once y desde el saque inicio se le vio incómodo dentro del campo. En la primera mitad, perdió siete balones y apenas fue capaz de encontrar conexión con jugadores como Haris Seferovic y Gabri Veiga. No llegó rematar entre los tres palos y a la hora de partido, se retiró. Serio, sin mediar palabra y para apostarse en un lateral del banquillo.

La duda ahora es saber si esas molestias le permitirán no solo jugar en San Mamés ante el Athletic Club el sábado, sino a qué nivel lo podrá hacer, ya que su equipo del alma lo necesita más que nunca en los cuatro partidos que restan para intentar certificar una salvación que se está convirtiendo en un reto demasiado grande.