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Después de un gran partido de los vigueses, el Villarreal marcó el tanto del triunfo en el 98 en el rechace de un penalti
27 ago 2024 . Actualizado a las 22:08 h.El Celta firmó un partido soberbio en Villarreal, pero acabó perdiendo en el minuto 98 y de rechace de un penalti. Un triste final para un partido en el que los vigueses demostraron que con Claudio Giráldez al mando, pueden competir con cualquiera. Los vigueses se pusieron por delante en dos ocasiones con tantos de Borja Iglesias y Óscar Mingueza, equilibraron un 3-2 adverso con un tanto de Carl Starfelt y después de perdonar dos manos a mano Williot Swedberg para el 3-4, llegó el penalti y, con él, la derrota.
Claudio Giráldez es un técnico de convicciones profundas y una de ellas son las rotaciones. Lo hacía en su época del Fortuna y lo repite con el primer equipo. Pero en esta ocasión, lo llevó casi al límite ante el Villarreal al cambiar a siete jugadores, moviendo todo el frente de ataque y retocando todas las líneas a excepción de la portería, en donde repitió Iván Villar por tercera jornada consecutiva.
La apuesta le salió redonda en el primer tiempo al porriñés. El Celta salió mandón, quiso el balón, avisó en su primera llegada y en la segunda hizo diana. En una jugada en la que intervinieron los dos fichajes y Alfon González. Ilaix Motiba desplazó el balón en largo para el albaceteño,que superó la mala salida de Conde, el portero local, y tras un disparo bloqueado el balón llegó a Borja Iglesias para que marcase su primer gol como celeste con un remate mordido.
Con el 0-1, el Villarreal, con toda su nómina de ilustres y sus muchos millones en el campo, adelantó la línea de presión y comenzó a encontrar grietas en la zaga del Celta, también alguna pelota regalada por malas entregas y sobre todo el balón parado. Los de Marcelino comenzaron a coleccionar córneres y en el quinto Cardona remató a placer en el segundo palo. Bamba, su teórico marcador, ni lo olió.
Pero el Celta se repuso del gol con otro gol. En cinco minutos Borja Iglesias provocó una falta en el balcón del área, un tanto natural, cogió el balón Mingueza y lo estrelló en la base del palo para enviarlo al fondo de las mallas. Con ventaja en el marcador, el submarino volvió a la carga, Moriba sacó con la rodilla un córner prolongado por Gerard Moreno y Yeremy Pino cabeceó al palo. Pero del mismo, Alfon tuvo el tercero para el Celta tras superar al portero rival, pero se quedó con poco ángulo y entre Albiol y el palo desviaron el balón.
En la segunda mitad, Marcelino metió en el campo a cuatro jugadores por la vía rápida, encerró al Celta en su área y dos de los recién entrados voltearon el marcador de inmediato. Primero el gigante (1,95 metros) Barry de cabeza en el primer balón que tocaba y después una jugada de Pépé terminó con Jailson marcando el propia meta aunque Ayoze la estaba con la caña preparada.
Claudio Giráldez no lo dudó un momento y metió en el campo a Iago Aspas, Williot Swedberg y Tasos Douvikas, pero quien empató fue Starfelt con un excelente cabezazo tras una delicia de centro de Mingueza. El sueco, que había tenido su responsabilidad en el 2-2, enmendó su error con el 3-3.
Con el empate en el marcador, el final de partido fue una locura. El Celta salió beneficiado por una fuera de juego milimétrico de Santi Comesaña, que había marcado tras un paradón de Iván, pero en la portería contraria Douvikas tiró al palo pero Diego Conde evitó el gol de Swedberg en dos ocasiones casi consecutivas. Y cuando el empate parecía conquistado, un penalti infantil de Hugo Álvarez, con un agarrón a Barry, terminó en penalti a instancias del VAR. Lo lanzó Parejo, lo desvió Iván Villar pero el madrileño recogió el rechace y marcó el gol del triunfo en el minuto 98.