El compostelano, titular en seis partidos, firma su segundo mejor inicio en Primera División con cuatro dianas
08 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Borja Iglesias Quintás (Santiago, 1993) ha encontrado en Vigo el lugar ideal para renacer. De celeste ya lo hizo en dos ocasiones: en su época del Celta B, después de pasar regresar de su etapa en la base del Villarreal, y ahora, en el primer equipo, con el que firma cuatro goles en nueve partidos, seis de los cuales jugó como titular. Todo, después de un curso en barbecho.
Hace un año, en el Betis, a estas alturas de campeonato, el delantero acumulaba 173 minutos en el campo y cero goles en su casillero. Por entonces, ya no era del agrado de Manuel Pellegrini, que poco a poco lo fue relegando hasta abrirle la puerta de salida a Leverkusen en enero. En el campeón de la Bundesliga tampoco cambió el panorama, disputó un total de siete partidos de liga, solo uno completo, y tampoco divisó la portería contraria.
De regreso al Betis, con el que tiene contrato hasta junio del 2026, el Celta le tendió la mano y puso en marcha una operación retorno que a día de hoy parece del todo satisfactoria para las dos partes. El Panda es feliz en Vigo, el club se ha hecho con un delantero de nivel que a base de esfuerzo se ha colgado el cartel de titular y, lo más importante, ya firma cuatro goles en nueve partidos, su segunda mejor racha de siempre en Primera.
Porque la producción actual del compostelano solo fue superada en su año mágico en el Betis, en la campaña 22/23, cuando a estas alturas ya había alcanzado los siete goles (tres de ellos, de penalti). En el Espanyol, en la temporada que acabó con clasificación europea y venta millonaria (18/19), calcó las mismas cuatro dianas que atesora ahora.
Aspas y Mingueza, socios
Borja se ha adaptado de maravilla. Conoce la casa, a muchos de los jugadores y ha vivido en primera persona la filosofía de A Madroa, pero sobre todo ha encontrado en Iago Aspas y Óscar Mingueza a sus dos socios preferenciales. El moañés intercedió por su fichaje durante el verano y una vez en vuelta en Vigo, le ha hecho partícipe de su fútbol.
El catalán se ha convertido dentro del campo en su asistente predilecto. De sus botas salió el tanto del compostelano en El Sadar y el de la victoria en Gran Canaria, además por partida doble, porque Borja marcó dos veces aunque solo uno subiese al marcador. Antes, ya se había estrenado como goleador en Villarreal, donde había roto una racha de más de un año sin marcar. Encima, en poco más de dos meses se ha convertido en uno de los referentes del vestuario. Siempre dispuesto a ayudar y con una sonrisa en la cara.