Colección de delanteros y polivalencia

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

JORGE ROPERO - LOF

El Celta jugó con seis futbolistas de marcado perfil ofensivo todo el segundo tiempo y Giráldez cambió de posición a cuatro jugadores durante el duelo

16 feb 2025 . Actualizado a las 07:28 h.

Claudio Giráldez no se cortó y el Celta jugó ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano con seis futbolistas de marcado corte ofensivo a la largo de la toda la segunda parte en un partido en el que la polivalencia de los jugadores quedó patente desde la primera media hora de juego, cuando entró en el partido Óscar Mingueza y el louriñés comenzó a mover ficha sobre el campo.

El cuadro vigués, por norma, siempre es un equipo ofensivo, y en esta ocasión, verse con uno más desde el minuto 5 invitó a serlo aún más. Por eso, en el inicio del segundo tiempo, los vigueses reconvirtieron a un nueve como Pablo Durán en carrilero derecho (la segunda vez que pasaba esta temporada), Fer López retrasó su posición desde el flanco derecho del ataque para formar un doble pivote de lo más creativo con Hugo Sotelo y para el frente de ataque quedaron Iker Losada, Borja Iglesias y Williot Swedberg. Esa decoración tan ofensiva no se alteró cuando entró Iago Aspas en el campo a falta de media hora, porque el capitán sustituyó a Fer y la línea siguió contando con seis unidades, algo que se mantuvo hasta que Ilaix Moriba entró en el partido, ya con 0-1 en el marcador.

El baile de posiciones confirmó una vez más la polivalencia que Claudio Giráldez quiere de sus hombres. Para empezar, Marcos Alonso comenzó de carrilero zurdo, algo nada habitual en el Celta, y con la entrada de Mingueza, pasó a central. Carreira arrancó como carrilero derecho, pasó por el centro de la defensa en la segunda mitad y terminó rematando un balón como atacante del costado zurdo. Iago Aspas alternó el centro del campo con el trío de atacantes, aunque más por su movilidad que por una disposición táctica, algo parecido a lo que sucedió con Fer López. Iker Losada, por su parte, arrancó en el perfil derecho y finalizó en el izquierdo.

Todo, para tirar a portería en once ocasiones, de las cuales cuatro fueron entre los tres palos, pero los vigueses solo pudieron marcar de penalti. Por el contrario, le concedieron al rival tres disparos entre los tres palos pese a jugar tanto tiempo en inferioridad numérica y, de nuevo, fueron incapaces de mantener su portería a cero.