Manual para sobrevivir al peor guion

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

M.Moralejo

El Celta quiere derrochar personalidad para no pagar los platos rotos en su visita a un Madrid herido por la Copa y obligado a ganar para seguir con vida en la liga

04 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Al Celta le espera esta sobremesa el peor escenario posible en la tradicionalmente inaccesible visita al Bernabéu. Porque los vigueses se miden a un Real Madrid herido tras la derrota en la final de la Copa del Rey, que ha hecho de la crítica hacia el estamento arbitral algo habitual y que necesita llegar con vida a la final por la liga del próximo fin de semana en Montjuïc ante el Barcelona en el último clásico de la temporada.

En este escenario, el Celta parece el perfecto convidado de piedra, pero Claudio Giráldez se niega a tirar la toalla por adelantado. Los vigueses les compitieron a los blancos en el partido de Balaídos y llevaron a la prórroga el duelo copero de Chamartín con una actuación (parcial) arbitral que resultó decisiva para la eliminación celeste. Desde entonces, los blancos han consumido horas de vídeo criticando a todos los árbitros, Gil Manzano incluido. Una crítica que se ha hecho especialmente intensa en el última semana: antes del partido de Copa y antes del recibir a los vigueses. Algo difícil de entender.

Frente a todo esto, el Celta quiere derrochar personalidad combinando el control de partido a través del balón que tuvieron en la contienda de Balaídos ante los blancos y la corrección defensiva que exhibieron en Madrid en la cita copera en el primer acto antes de adelantar las líneas para robar más alto y hacerle daño al equipo de Ancelotti, que esta tarde presentará una defensa de emergencia con Tchouaméni y Asencio como pareja de centrales.

Los vigueses saben que necesitan un partido perfecto para ganar en la casa blanca casi dos décadas después y para conseguirlo no pueden dejar a los blancos corren sus habituales transiciones. Mbappé y Vinicius son dos balas a campo abierto (en esta ocasión, no estará un Rodrygo en horas bajas) y el Celta, si tiene el control del balón, debe minimizar las pérdidas como primera premisa.

El estado de ánimo es otro aspecto a tener en cuenta. El Madrid llega a la contienda enrabietado y necesitado, deseoso de hacerle pagar los platos rotos a cualquier rival, mientras que el Celta viajó a Madrid con la tranquilidad de verse salvado y con la ilusión de seguir peleando por una plaza continental en la recta final de la temporada. Por el momento, comenzará su partido, el último del Tourmalet, ocupando la séptima plaza, algo impensable hace poco más de un mes. Y convencido de que puede ganar y desafiar a los elementos.