El año perfecto del Celta

X. R. C. VIGO

GRADA DE RÍO

Fernando Villar | EFE

Un buen arranque, la solidez del equipo en Balaídos, las remontadas y el vuelco a domicilio en la segunda vuelta, las claves de la temporada

24 may 2025 . Actualizado a las 23:56 h.

El Celta no comenzaba bien las ligas, y esta vez, ganó los dos primeros partidos. El conjunto vigués no conseguía hacer de Balaídos un fortín, y ahora su campo acabó siendo clave para la clasificación europea. Las remontadas eran un imposible, y en esta ocasión los celestes fueron el conjunto que más partidos levantó después del Barça. El equipo tenía un déficit de puntos a domicilio en la primera vuelta, y lo arregló en la segunda. Y, sobre todo, llevaba años condenado al sufrimiento de la permanencia y, salvo en la cuesta de enero, siempre estuvo lejos de la zona complicada de la clasificación. Todo, con un equipo de autor lleno de gente de casa.

ARRANQUE

Dos triunfos en casa para coger vuelo

Tradicionalmente, en los últimos años, el equipo siempre comenzaba la liga con el pie cambiado y desde la primera etapa, tenía que ir a remolque. En el curso que acaba de finalizar, el calendario deparó que los vigueses comenzasen con dos partidos en casa, ante el Alavés y el Valencia, y con dos remontadas, sumando seis puntos que les dieron confianza.

BALAÍDOS

El significado de la palabra fortín tras años discretos

El Celta ganó la temporada anterior seis partidos en casa y el dato no era una excepción. En las dos previas había ganado uno más, y para encontrar un año con diez triunfos como local había que viajar a la década anterior (13 en la 05/06). Sin embargo, el equipo cogió confianza en las dos primeras victorias del mes de agosto y terminó convirtiéndose en el quinto mejor en su campo, tan solo por detrás de cuatro de los cinco conjuntos que irán a la Champions. Los partidos en Vigo se han convertido en todo un espectáculo, deportivo y social.

LAS REMONTADAS

De una opción imposible a cinco remontadas en una temporada

En otras temporadas, si el Celta comenzaba perdiendo un partido, a lo máximo que podía aspirar era a salvar un punto, pero desde la llegada de Claudio Giráldez, el equipo se ha convertido en un especialista en voltear marcadores. Ya lo hizo en cuatro de sus diez encuentros de la campaña pasada para certificar la permanencia y lo corroboró este curso, levantando cinco contiendas, cuatro de ellas en su estadio, ante Alavés, Valencia, Betis y Leganés, completando el círculo en la visita a Mallorca y poniendo la guinda en Getafe, pasando del 1-0 al 1-2. En todo momento, el equipo ha demostrado su gen competitivo y capacidad para reponerse tras encajar.

A DOMICILIO

De un triunfo en la primera vuelta a corregirlo en la segunda

Uno de los contados peros del Celta este curso fue su bagaje de puntos a domicilio durante la primera vuelta, en la que solo fue capaz de ganar un partido (y con nueve), ante el Las Palmas. El entrenador siempre mantuvo que cambiaría la tendencia y lo cumplió en la segunda ronda del campeonato con cuatro triunfos lejos de casa (Valladolid, Mallorca, Anoeta y Coliseum) y con tres empates: Metropolitano, Girona y Mendizorrotza. Un cambio radical.

LA TRAYECTORIA

De vivir al filo del descenso a no bajar nunca de la décimo cuarta plaza

Salvo en una temporada, con Coudet, el Celta llevaba un lustro con el descenso en los talones, burlando al destino siempre a última hora y divisando con prismáticos la primera mitad de la clasificación. Esta temporada, no ha padecido esa sensación en ningún momento, porque el puesto más bajo que llegó a ocupar fue la décimo cuarta posición. Sucedió en la jornada 24 en plena cuesta de enero y después del esfuerzo extra de la Copa del Rey, pero el equipo reaccionó con la remontada ante el Betis y, desde entonces, no paró de crecer. En ningún momento de la liga el cuadro celeste tuvo la sensación de amenaza del descenso.

PLANTILLA

De rendir por debajo de las expectativas, a sobrepasarlas

El Celta llevaba años con una plantilla que rendía por debajo de lo esperado. Los vigueses siempre aparecían entre la clase media en el tope salarial, pero nunca eran capaces de asentarse en esa zona. A nivel deportivo, resultados y caché no iban de la mano. Esta temporada ha sucedido todo lo contrario: con un plantel con un valor en torno a los 80 millones para los portales especializados en tasación, el conjunto vigués ha sido capaz de superar el décimo puesto que le correspondería por tope salarial para colocarse entre los grandes del fútbol español. Los célticos han sabido aprovechar los deslices de Real Sociedad, Girona y Sevilla. Los de Claudio Giráldez son el sexto equipo de las grandes ligas europeas que más han mejorado con respecto a la pasada campaña.