
La afición del Celta, entregada a un equipo que ha disparado la ilusión y superado cualquier expectativa, abarrotó la Praza de América para festejar el pasaporte continental
26 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El celtismo está eufórico. Lo atestigua una Praza de América abarrotada y entregada a un Celta que culminaba el sábado una temporada marcada por la ilusión y con la matrícula de honor en forma de clasificación europea. Dio igual que la hora de inicio del acto central de los festejos se retrasara y que los jugadores se hicieran esperar. Nadie quería perdérselo.
Rodeados de color celeste, tanto en forma de camisetas como de banderas, y en una plaza donde era prácticamente imposible moverse, los jugadores fueron presentados uno a uno. Y desde el momento en que salió Franco Cervi, se convirtió en el maestro de ceremonias, poniendo el toque de humor y ensalzando a compañeros y cuerpo técnico, aunque en más de un caso le fallara la memoria con los apellidos, lo que desató alguna risa.
Los mayores aplausos fueron para Iago Aspas y Claudio Giráldez, pero el celtismo mostró su cariño a todos y cada uno -Manquillo estuvo ausente-, sonando, por ejemplo el mítico «Gudelj, Gudelj», el «asesino» para un Yoel Lago que se ha especializado en maniatar a los atacantes rivales o «Javi, selección» para el defensa de Poio, sin perder la oportunidad de pedir que continúen Ilaix Moriba, Sergio Carreira y Borja Iglesias. También se oyeron gritos contra el Sevilla cuando apareció Alfon, quizás el único lunar -junto con los insultos a Rafa Benítez- en un acto donde todo fue positivo. Quien no estuvo en la celebración fue Manquillo, inédito desde enero.
Sotelo, Carreira, Ilaix, Borja. pic.twitter.com/5rFLKYZbNv
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Los capitanes tomaron la palabra, desde el escueto «gracias, sois increíbles» de Starfelt, a la sinceridad de Beltrán, que avisó de que hablaría claro: «Llevamos mucho tiempo en la mierda y hay que disfrutar», pidiendo que sigan unidos y deslizando que este equipo tiene para mucho más. Iago Aspas, cerró señaló que el equipo ha hecho «unha tempada da hostia», agradeció el apoyo del celtismo tanto en casa como fuera y espera «facelo mellor a próxima tempada dentro da dificultade». Iván Villar, portero suplente la mayor parte de la temporada, también agradeció el apoyo de la afición, así como a Marián Mouriño y la directiva «por facer un Celta mellor», y a Claudio y su cuerpo técnico: «Por axudarnos nun momento complicado o ano pasado e traernos ata aquí. Non foi fácil e foi grazas a eles».
El capitán due quien presentó a Marián Mouriño, recodando que cumplía 50 y dando paso a que se le cantara el Cumpleaños feliz al ritmo de Parchís. Ella, agradecida a Claudio, a los jugadores, a todos los trabajadores del club, dijo que ha vivido el «año más bonito» de su vida. También ensalzó a Iago Aspas, destacando que ha demostrado que nada está por encima del escudo, mientras la plaza y sus propios hijos —que lo pasaron en grande bailando y lanzando balones al público como hacían todos los jugadores al salir— le hacían reverencias.
El año más bonito de Marián Mouriño, que hablaba tras presentar a Garcés y comentaba que Aspas ha demostrado que el escudo está por encima de todo; la plaza rendida al capitán, incluidos sus peques. pic.twitter.com/CQHj7h3Txm
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El técnico, por su parte, admitió que había soñado lo que hoy es una realidad, subrayando que lo hicieron a su manera y poniendo el foco en sus jugadores, cuerpo técnico, trabajadores y afición. Y lo dio todo, junto al resto de los presentes, cantando el Miudiño y también el cántico que más ha sonado en los últimos tiempos: Fillos dunha paixón. Una emocionante Oliveira al unísono, la primera que sonaba así en este escenario, cerró el acto.