La felicidad absoluta viste de celeste

X. R. CASTRO / MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El Celta celebra por todo lo alto su vuelta a la Europa League con Claudio Giráldez portando una bandera de A Madroa que ejemplifica los nuevos tiempos «de un equipo que emociona»

26 may 2025 . Actualizado a las 09:49 h.

Claudio Giráldez apareció en el estrado con una bandera con la inscripción «Feito en A Madroa», con tonos azules y con el escudo, y la Praza de América se vino abajo. El entrenador del Celta se ha convertido en el icono de referencia y en el guía espiritual. Por eso fue el más aclamado después de Iago Aspas en un domingo en el que el celtismo se echó a la calle para celebrar por todo lo alto la vuelta a Europa ocho años después.

El día después de certificar el pasaporte en Getafe comenzó bien entrada la tarde para la familia celeste. Dos autobuses descapotables comenzaron su singladura en Balaídos con dirección a la Praza do Rei, donde recibieron la arenga del alcalde de Vigo, Abel Caballero, que prometió una ampliación del estadio para 40.000 espectadores y un homenaje a la altura de lo que Iago Aspas se merece el día que le toque la retirada, que no parece por el momento.

La animada recepción en el Concello, con música, cánticos y algarabía, dio paso a un viaje en descapotable por Vigo a ritmo de tortuga para llegar a una abarrotada Praza de América (fuentes municipales hablan de 25.000 personas) que se convirtió en la extensión de Balaídos. Todo era celeste, desde el cielo hasta la tierra y, por supuesto, un escenario al que fueron subiendo uno a uno los jugadores, cuerpo técnico, staff y por último la presidenta, Marián Mouriño, con Franco Cervi como jefe de ceremonias. El argentino fue el Pepe Reina celeste.

Pero dentro de la fiesta general, el día de celebración consagró la figura de Claudio Giráldez, el más venerado después de Iago Aspas. El entrenador de O Porriño mostró su cara más festiva, pero, sobre todo, confirmó que es un hombre de discurso que un día soñó con derribar la puerta, como decía Berizzo, y lo terminó consiguiendo. «Un día soñé con clasificar al Celta para Europa con un grupo de amigos», dijo nada más comenzar su alocución. Y lo consiguió.

También cantó al mundo que todos se deben sentir orgullosos de ser del Celta, comentó provocando que la plaza se viniese abajo. «Este equipo emociona; la vida va de emoción y aquí todos sentimos lo mismo, que es el Celta, que lo vamos a pasear por Europa durante la temporada». Ya avisó que habrá momentos duros y que entre todos será más fácil salir adelante. Agradeció el trabajo de realizado en A Madroa para formar a unos jugadores «que han hecho un año histórico».

No fue una celebración de grandes parlamentos, a excepción del de Marián Mouriño que se imaginó la tarta de su 50 cumpleaños en un balón que le entregaron cuando hizo acto de aparición al ritmo del Cumpleaños Feliz. La presidenta, cosas del destino, no pudo recibir un regalo mejor, el pasaporte para europeo el día que cumplía el medio siglo de vida. Fer López recibió el mismo presente soplando 21 velas.

El fiestón, como no podía ser de otra manera, acabó al ritmo de Oliveira dos cen anos, con los jugadores demostrando que se saben la letra. Algunos, como Marcos Alonso hasta se arrancaron con alguna estrofa el gallego. Ahora, llegó el momento de enseñársela al viejo continente.