Miguel Quintana, un celtista más frente al Getafe: «Lo vivido allí fue un regalo»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El periodista reflexiona sobre el proyecto del Celta de Giráldez y su clasificación europea como guinda, con el «cierre poético, perfecto y merecido» del gol de Iago Aspas

27 may 2025 . Actualizado a las 19:57 h.

El periodista deportivo Miguel Quintana estuvo el sábado en el partido entre Celta y Getafe en el Coliseum en el que el cuadro celeste consiguió la ansiada clasificación para la Europa League. En su espacio radiofónico, ha hablado sobre cómo vivió esta cita, aprovechando para hacer una reflexión sobre cómo cada vez es más complicado identificarse con los equipos de fútbol actuales y «decir aquello de ‘hemos ganado' o ‘hemos perdido'». Menciona que cada vez más, «los clubes priorizan al consumidor global sobre el aficionado local los futbolistas cada vez son más inaccesibles» mientras los aficionados llegan a parecer «un mal necesario».

Ha podido comprobar, no obstante, cómo los aficionados siguen usando la primera persona del plural, «manteniendo el sentimiento de pertenencia y de comunidad». Detalla que por su profesión, ha tenido que marcar distancias, y «no estar en la grada te quita la pasión», por eso accedió a volver a ella para el partido del Celta cuando «varios fillos desta paixón» le propusieron acompañarle. «No dudé ni un segundo en comprar una entrada y lo vivido allí me pareció un regalo», afirma.

Quintana asegura que la historia del Celta de Claudio Giráldez le «parecía la más bonita de este año desde fuera» y ahora añade que «sentida desde dentro es todavía mejor». Del porriñés dice que «ha demostrado ser un entrenador top por su versatilidad táctica, la forma en la que optimiza lo que tiene y se adapta al rival en cada encuentro sin por ello perder su identidad como equipo», cuestiones que considera claves para haber llegado a Europa. «Su legado como entrenador del Celta no tiene que ver con lo que ha conseguido, sino más bien, con cómo y con quién lo está logrando».

En el Coliseum, Quintana tuvo ocasión de hablar con amigos y familiares de varios jugadores y de Giráldez y comprobó, detalla, «cómo se cerraba de forma definitiva la herida abierta hace unos años con Borja Iglesias», así como a Iago Aspas cumpliendo «la promesa que hizo sobre el césped de Old Trafford en aquel fatídico 11 de mayo de 2017 en el que Claudio Beauvue tenía que haber tirado».

Califica el gol de Iago Aspas para el triunfo por 1-2 como «el cierre perfecto, el más poético, el más merecido». Pero se queda con que «tras lo vivido en la grada del Coliseum, el resultado final no es más que la dulce guinda de esta historia y que mientras el Celta siga siendo fiel como lo está siendo ahora a su tierra, a su cantera y a su gente, el aficionado seguirá conjugando orgulloso la primera persona del plural independientemente de si ganan o si pierden».