Antoni Gaudí, 161 años del nacimiento del genial arquitecto catalán en Google

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El buscador adopta las formas orgánicas y los «trencadís» de la obra de Gaudí en su portada

25 jun 2013 . Actualizado a las 22:17 h.

Antoni Gaudí nació un 25 de junio de hace 161 años (1852) en Reus o Ridoms (no es segura la localidad), en la comarca del Baix Camp de la provincia de Tarragona. Era el menor de cinco hermanos, hijos de un calderero, un niño de salud delicada debido al reumatismo que le obligó a pasar largas temporadas de reposo. De esas etapas de reposo en la masía familiar en Riudoms nació el gusto por la naturaleza de Antoni Gaudí, que posteriormente incorporaría a su obra arquitectónica.

Con 17 años Gaudí se mudó a a Barcelona para entrar en el Instituto de Enseñanza Media. Después ingresaría en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona, para terminar entrando en la Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona. El expediente académico de Antoni Gaudí no fue brillante y de hecho obtuvo algunos suspensos, aunque finalmente obtuvo el título de arquitecto en 1878. Se dice que Elies Rogent, el director de la Escuela de Arquitectura dijo al entregarle el título a Antoni Gaudí: «Hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá».

Los dos primeros proyectos de Antoni Gaudí fueron las farolas para la Plaza Real y su primer edificio, la Casa Vicens en el barrio de Gracia de Barcelona. Es su fachada ya utilizó la cerámica como elemento decorativo, aunque en este período de la etapa Historicista Ecléctica las estética de Antoni Gaudí era de influencia oriental, principalmente mudéjar y persa.

Después de estas primeras obras y con una relevancia cada vez mayor, llegaría la Exposición Universal de París de 1878, lo que acabaría provocando el impulso definitivo de su carrera. No sería por l avitrina para la guantería Cornellá que llevó a la exposición, sino porque conoció a Eusebi Güell, el que sería durante muchos años su amigo y principal mecenas. El le encargaría las Bodegas Güell, el Palacio Güell, el Parque Güell, la Colonia Güell, y la cripta de la Colonia Güell.

Cinco años después de la Exposición de París, en 1883, Gaudí aceptó el proyecto que acabaría siendo el más importante de su vida, tanto por su relevancia como por el tiempo y esfuerzo que dedicó a su consecución: las obras del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Desde los 31 años, edad a la que Antoni Gaudí asumiría el proyecto, hasta el final de sus días, el arquitecto dedicó 43 años a la obra, de los cuales los últimos 15 lo haría en exclusiva. A pesar de seguir actualmente en construcción, la basílica es el monumento más visitado de España por delante del Museo del Prado o la Alhambra de Granada.

La dedicación a este proyecto religioso era un reflejo de la profunda devoción y espiritualidad de Antonio Gaudí, que le hizo participar en diversas sociedades de corte católico. Otro de los rasgos característicos del ideario de Antoni Gaudí era su defensa de la identidad cultural del pueblo catalán y su catalanismo sin participación política.

Antoni Gaudí falleció con 74 años mientras se dirigía como cada día a la iglesia de San Felipe Neri. En la esquina entre la Gran Vía y la calle Bailén fue atropellado por un tranvía. Su aspecto descuidado hizo que los viandantes no le prestasen demasiada atención y cuando fue trasaladado al hospital ya era tarde. Antoni Gaudí fue enterrado en la cripta de la Sagrada Familia.

El estilo arquitectónico de Gaudí

La obra de Gaudí pasó por tres etapas principales. Su primer gran proyecto, la Casa Vicens, marca el punto de partida de la primera de ellas, la corriente historicista inspirada en el arte oriental o Historicismo Ecléctico. Otro de los edificios de esta época es El Capricho, construido en la localidad cántabra de Comillas. Contemporáneo de la Casa Vicens, este chalet de veraneo de Máximo Díaz de Quijano es de inspiración mudéjar y medievalista. Combina en su contrucción piedra, ladrillo visto y cerámica visriada, una constante en gran parte de su obra. La torre minarete es el elemento más carecterístico de la casa. El Palacio Güell, primero de los encargos de su mecenas también pertenece a esta etapa. En el homenaje de Google de hoy la torre verde es la de este palacio.

La segunda etapa por la que atravesó Gaudí fue la de influencia Gótica. A este período corresponden el Colegio Teresiano, el Palacio Episcopal en Astorga o la Casa de Los Botines en León. En estas contrucciones Gaudí incorpora elementos popios, tanto ornamentales constructivos que reafirman su personalísima visión.

Es en la tercera etapa, la del modernismo orgánico, donde termina de crear su estilo personal. Con una visión que parte de la naturaleza, de plantas y árboles pero también de cuevas o montañas Gaudí investiga en nuevas soluciones contructivas con formas geométricas regladas como paraboloides, hiperboloides, helicoides y conoides. Las curvas catenarias son otra de las formas estructurales que Antonio Gaudí incorpora a sus edificios.

Mediante estos elementos y materiales por lo general sencillos como el ladrillo y la argamasa, Gaudí incorporó estructuras que imitaban los troncos de los árboles y sus ramificaciones en estructuras fractales.

Los elementos estructurales se combinaron y ejercieron también de decorativos, como en la fachada de la casa Batlló, donde columnas que sugieren y evocan huesos y calaveras definen la fachada del edificio.

En sus edificios, Antonio Gaudí también diseñaba el mobiliario, puertas y elementos interiores de las casas, creando un conjunto estético y funcional. La Pedrera o Casa Milá, situada en el Paseo de Gracia es buen ejemplo de esto, y su interior está salpicado de formas de gotas de agua, remolinos, medusas, estrellas de mar, algas o flores. Las paredes también describen formas onduladasy apenas se encuentra alguna línea recta en los planos del edificio.

El Parque Güell es otro de los proyectos de Gaudí más característicos, con su sala hipóstila, los viaductos con columnas que parecen troncos de palmeras y la plaza central, rodeada de un banco ondulante. La superficie de este banco está decorada con el característico «trencadís» (de trencado, roto en catalán) de Gaudí. Son piezas cerámicas multicolor formando un mosaico desordenado. También está presente en el Parque Güell la salamandra o dragón de la escalinata.