Jill Messick, exrepresentante de Rose McGowan, se quita la vida tras el escándalo Harvey Weinstein
INFORMACIÓN

La familia acusa a la actriz de «difamarla» y convertirla «en un daño colateral de una historia ya horrenda»
09 feb 2018 . Actualizado a las 17:35 h.El escándalo del acoso y los abusos que ha consternado Hollywood, protagonizado por el productor Harvey Weinstein se habría cobrado la primera víctima colateral de todas las denuncias que han surgido a raíz de conocerse la primera contra el magnate del cine. Jill Messick se ha suicidado a los 50 años. Esta ejecutiva de Hollywood fue representante de Rose McGowan, la actriz de Embrujadas que denunció que el productor la había violado. Según los más allegados a Messick, que participó como productora en películas como She's All That, Mean Girls, Frida y filmes de acción como Masterminds, la productora se sintió «victimizada», por las denuncias de la actriz sobre Harvey Weinstein.
[[@instagram::https://www.instagram.com/p/Be9PXn7BPjP/?taken-by=_anne.bonny_]]
Messick, que trabajaba para Addis-Wechsler -ahora Industry Entertainment- era la representante de McGowan cuando la actriz alega haber sido violada por Weinstein durante el Festival de Cine de Sundance de 1997. La actriz dijo al diario The New York Times en octubre pasado que Messick había arreglado el encuentro con Weinstein, que comenzó en un cuarto de hotel. La revelación -y su nombre arrastrado a los titulares como parte de un intercambio de emails con Weinstein- tuvieron un efecto negativo en el ánimo de Messick, señaló su familia, afectada ya desde hace años por problemas de depresión. «La velocidad con que se diseminó la información conllevó falsedades sobre Jill como persona, las que no podía ni deseaba desafiar», agrega la nota. «Se convirtió en un daño colateral de una historia ya horrenda». Asimismo, acusa a McGowan de hacer «declaraciones difamatorias en su contra» sobre las que que Messick, madre de dos hijos, eligió no rebatir por temor a afectar a las víctimas de acoso sexual. «Optó por no agregar leña al fuego, permitiendo que su nombre y su reputación fueran mancilladas pese a no haber hecho nada malo. Nunca eligió ser una figura pública, esa elección le fue arrebatada», afirma el texto.
El caso es que el nombre de Jill Messick, además de aparecer ligado al de Rose McGowan, que hace poco narró en un estremecedor relato cómo había sido la violación de Harvey Weinstein hace veinte años, y como este terminó por llegar a un acuerdo económico con la actriz a cambio de su silencio, también está vinculado al de Frida. Y fue en esa película en la que Salma Hayek reveló hace unos meses que había sufrido toda la ira de Harvey Weinstein. «Fue mi monstro», resumía.