Bush y Blair, dispuestos para iniciar el ataque a Irak a partir del día 17

La Voz

INTERNACIONAL

España no descarta sumarse a una acción al margen de la ONU, aunque cree que se aprobará la resolución Straw cree «muy posible» que el Consejo apoye el texto que presentó

08 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Ha empezado la cuenta atrás para la guerra contra Irak. Ni segundas resoluciones, ni consejos de seguridad, ni la mayor oposición a una guerra vista en las calles del mundo en más de 25 años parece que podrán detener a los tres jinetes, Estados Unidos, el Reino Unido y España, en su empeño por asestar una estocada definitiva a Sadam Huseín. El primer ministro británico, Tony Blair, se pasó la mayor parte del día de ayer llamando desde su residencia de campo en Chequers a los líderes de numerosos países, entre ellos España, en un intento por alisar el terreno y lograr la aprobación de la segunda resolución en la ONU, algo que su responsable de Exteriores, Jack Straw, cree «muy posible». Éste aseguró que la reunión del Consejo de Seguridad del viernes sirvió para que muchos Estados vieran «la gravedad de la situación». Y con cierto aire paternalista, volvió a pedir a los miembros del Consejo que hagan frente a sus responsabilidades. Pero en el Reino Unido nadie, menos Straw y Blair al menos públicamente, parece tener la menor duda de que el día 17 será el día D, tal como titulaba ayer el rotativo The Sun en tono belicista «Sadam Husein, 17 D-Day, Disarm or Die», (Desármate o Muere), y «Daily Mail» titulaba «10 días para la guerra». La revuelta que sufre Blair en su partido (el Laborista) podría crecer si rehuye convocar la Cámara de los Comunes para votar una intervención militar sin mandato de la ONU. Los 120 parlamentarios en contra de la semana pasada se pueden convertir en 220. Blair ha apostado hasta el cuello de la camisa en esta aventura, enviando a un cuarto del Ejército británico al Golfo. Violar la legitimidad Y no menos apuesta el presidente español. José María Aznar advirtió que no está dispuesto a dar más tiempo a Irak para desarmarse. «Si el Consejo de Seguridad deja de funcionar, en el futuro, un grupo de Estados hará todo lo que esté a su alcance para imponer sus propios intereses al margen de ese marco legal», dijo a la revista alemana, Der Spiegel . Es la primera vez que un jefe de Gobierno europeo amenaza con violar la legitimidad de las Naciones Unidas si el Consejo vota en contra de una nueva resolución. La invasión de Irak sin el permiso de la ONU, como ya anunció Washington, podría provocar la mayor crisis en el seno del organismo internacional. Pero Aznar justificó esa posibilidad con el ejemplo de la decisión de Londres y París, en 1938, que permitió a Hitler anexionar al Reich una vasta región de Checoslovaquia, para impedir otra guerra en Europa. «No derramaré lagrimas por Sadam si estalla la guerra», afirmó el jefe del Gobierno español. Su ministra de Exteriores, Ana Palacio, al igual que Straw, confía en que EE.UU., el Reino Unido y España reúnan los votos de seis países más del Consejo para aprobar el texto que da a Irak hasta el día 17 para desarmarse, si Francia, China y Rusia no lo vetan. A pesar de asegurar que cree que hay «una razonable expectativa» de que el Consejo apruebe la resolución, la jefa de la diplomacia no descarta que, en el caso de que no se alcanzara un acuerdo, España pueda apoyar una acción al margen del organismo internacional. En el mismo sentido, George W. Bush insistió ayer en su disposición a desarmar a Irak por la fuerza si no accede a entregar sus armas, porque «desafortunadamente, está claro que Sadam Huseín sigue violando las exigencias de las Naciones Unidas». Admitió que Irak ha accedido a deshacerse de sus misiles Al Samud 2, pero «al tiempo que los destruye, Sadam ha ordenado que continúe la producción de ese tipo de misiles», dijo. Bush expresó su determinación a «hacer frente a las amenazas, vengan de donde vengan». Y reiteró que Irak tiene conexiones con el terrorismo internacional.