
El primer ministro Abu Alá acusa a Tel Aviv de recurrir al «terrorismo de Estado» La incursión, según los militares hebreos, pretendía prevenir ataques
07 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.La incursión israelí de ayer en dos campos de refugiados de la franja de Gaza, que causó 15 muertos y más de 70 heridos, es interpretada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como un muestra de que Israel no retirará a sus tropas de la banda autónoma. La operación con tanques, helicópteros Apache y francotiradores, que comenzó hacia las tres de la madrugada y concluyó hacia las diez de la mañana (horas locales), sucedió en los campos de Nuseirat y Al Bureij, separados por una calle. El Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) informó de que entre los muertos hay cuatro menores de edad: Mahmud Abdulá Yunis, de 11 años; Mohamed Amer Abu Zuraiq, de 12; Mohamed Ali Bedawi, de 15; y Haitham Mohammed al Issawi, de 16. Otros 26 menores resultaron heridos. Las otras víctimas mortales eran milicianos de grupos armados, nueve de Hamás. Este grupo y la Yihad Islámica juraron vengar estas muertes. Los Batallones de Izadín Al Kasam han advertido de que «la respuesta será contundente como nunca antes se ha visto». Testigos relataron que la presencia de las tropas desencadenó virulentos choques armados y que desde los altavoces de las mezquitas se exhortaba a oponerse. Según los testimonios recogidos por el CPDH, los soldados hicieron una redada en tres edificios de viviendas, y en al menos un caso usaron a uno de los vecinos como escudo. La incursión tuvo por objeto «prevenir ataques terroristas contra objetivos israelíes, entre ellos la colocación de artefactos explosivos y el lanzamiento de cohetes antitanque». La incursión sigue a un ataque combinado el sábado, por parte de tres grupos armados palestinos contra el paso fronterizo de Erez, en el que murieron seis palestinos. El primer ministro palestino, Abu Alá, criticó al mundo por no alzar su voz contra las masacres del Ejército israelí , y manifestó que «el silencio es una hipocresía». Acusó a Israel de recurrir al «terrorismo de Estado» y pidió la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU y de los países del Cuarteto de Madrid (EE.UU., Rusia, la Unión Europea y la ONU) para imponer sanciones al Gobierno hebreo. La Autoridad Nacional Palstina, que preside Yaser Arafat, acordó reanudar, después de tres años, la imposición de la pena de muerte a colaboracionistas con Israel y a delincuentes.