Un informe del Tribunal de La Haya admite deficiencias en la vigilancia a Milosevic
INTERNACIONAL
El informe interno del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia publicado ayer reitera que Slobodan Milosevic murió por causas naturales, pero reconoce que las facilidades otorgadas para su defensa provocaron fallos en su seguridad. Esta conclusión exime al TPI de cualquier responsabilidad en la muerte del mandatario. El ex presidente yugoslavo Milosevic murió el 11 de marzo a los 64 años en el centro de detención de las Naciones Unidas en La Haya. Según la autopsia, pereció de un paro cardíaco. En varias ocasiones se descubrieron en su celda medicamentos no prescritos que alimentaron diversas hipótesis, desde el asesinato, defendido por sus partidarios, hasta el suicidio, según sus adversarios. Si bien el informe del vicepresidente del Tribunal, Kevin Parker, apoya las conclusiones de las investigaciones anteriores sobre las «causas naturales del paro cardíaco», no pone fin a las diversas hipótesis. «Se hallaron en su celda medicinas, rifampicina (que anula los efectos de los fármacos prescritos a Milosevic para sus problemas cardíacos), así como otros», destacó el portavoz del TPI, Christian Chartier. «Se puede sacar la conclusión de que él mismo se administraba la rifampicina», sostiene el informe. «Eso apoyaría la tesis de que manipulaba la eficacia de los tratamientos que le fueron prescritos, con riesgos evidentes para él mismo», añade. El informe Parker recuerda que el acusado rechazó en varias ocasiones seguir su tratamiento o su régimen.