Italia podría ir a las urnas en abril al no conseguir formar Gobierno

María Signo

INTERNACIONAL

05 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras casi una semana de entrevistas con los líderes de los partidos políticos y los representantes sociales, el presidente del Senado italiano, Franco Marini, presentó ayer al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, su renuncia al mandato de formar un Gobierno de transición al no haber encontrado consenso entre las fuerzas políticas para cambiar la ley electoral y dar una solución a la crisis política tras la caída del Ejecutivo de Romano Prodi.

Ahora todo parece indicar que el presidente Napolitano no tendrá otra opción que convocar elecciones en una fecha que se baraja entre el 6 y el 20 de abril, y disolver las Cámaras. Aunque también podría intentar una nueva mediación con los partidos políticos.

Según Franco Marini, aunque la mayoría de las fuerzas políticas creen que la actual ley electoral tiene que ser modificada, no encontró entre ellas consenso suficiente sobre «cómo puede ser el nuevo sistema de voto a adoptar». Añadió que «con pesar» tenía que comunicar la «imposibilidad» de formar un Gobierno para reformar el sistema electoral, aunque considera que cambiar la ley «era algo necesario para el país».

Berlusconi juega con sondeos

Por la mañana, a la salida de su reunión con Marini, Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, volvió a reiterar la petición de elecciones anticipadas, ya que los sondeos le dan entre 10 y 16 puntos de ventaja sobre el Partido Democrático. En la misma postura se encuentra su aliado Gianfranco Fini, secretario de la derechista Alianza Nacional.

El ex primer ministro le dijo a Marini que está dispuesto a dialogar sobre reformas, pero «solo después de las elecciones».

Por su parte, el líder del Partido Demócrata, Walter Vertroni, había propuesto un Gobierno de tres meses que llevase adelante la reforma electoral y convocar luego elecciones.

El pasado 30 de enero, Napolitano encargó a Marini que explorase si los partidos estaban dispuestos a apoyar un Gobierno transitorio que cambiase la ley electoral antes de ir a las urnas, como salida a la crisis abierta tras la dimisión del primer ministro, Romano Prodi.

Desde las primeras consultas, se vio que la misión de Marini era prácticamente imposible, ya que los partidos mantuvieron sus posiciones inamovibles, eliminando cualquier margen de éxito.

La mayoría del centroizquierda se mostró partidaria de un Gobierno interino para cambiar la ley electoral, mientras la gran parte del centroderecha pidió comicios anticipados.

Ahora, la decisión está en manos de Napolitano, que en un comunicado agradeció a Marini «el alto sentido de responsabilidad con el que ha realizado el mandato».

Napolitano no ha dicho cuándo comunicará su decisión, aunque podría hacerlo hoy.