El Kremlin pone fin a diez años de régimen antiterrorista en Chechenia

Rafael M. Mañueco

INTERNACIONAL

17 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Se venía hablando de ello en las últimas semanas y así lo había dispuesto el presidente ruso, Dmitri Medvédev. El régimen de seguridad antiterrorista vigente en Chechenia desde 1999 fue levantado ayer por el Comité Nacional Antiterrorista (NAK, en sus siglas en ruso), cuyo presidente, Alexánder Bórtnikov, es también director de los servicios secretos rusos, el FSB o antiguo KGB. El presidente checheno, Ramzán Kadírov, ya había pedido en marzo aplicar la medida al considerar que la situación en Chechenia está normalizada.

El régimen especial que acaba de ser abolido imponía severas limitaciones en la libertad de movimientos de los habitantes de Chechenia y concedía a las fuerzas de seguridad y el Ejército carta blanca para actuar a su antojo. Podían efectuar registros domiciliarios sin orden judicial, pinchar teléfonos y mantener a los detenidos indefinidamente bajo custodia sin presentar cargos. Las medidas incluían además el toque de queda y la instalación de puestos de control en cualquier vía o población.

Los abusos de Moscú

La prensa ha tenido limitado el acceso a la zona y los periodistas extranjeros no han podido ni siquiera aparecer, a menos que estuvieran incluidos en grupos organizados por el Ministerio del Interior para visitas ocasionales, en las que no se mostraba nada que pudiera ser comprometedor para Moscú. El portavoz de Exteriores, Andréi Nesterenko, afirmó ayer, sin precisar fechas, que los corresponsales extranjeros pronto podrán viajar a Chechenia sin cortapisas. Como denunciaron en su día periodistas como Anna Politkóvskaya, asesinada en el 2006, el régimen antiterrorista ha servido para cometer todo tipo de abusos y atrocidades, incluyendo secuestros por parte de policías y militares rusos, torturas o arrestos de personas inocentes.

Temerosos de que las víctimas o sus familiares traten de cobrar venganza, la cúpula militar se ha resistido hasta el último momento al levantamiento de las restricciones. Se habla ahora de una optimización en la composición de las unidades militares destacadas en la república. Los puestos de control en la frontera con las repúblicas vecinas (Ingushetia y Daguestán) no serán todavía desmantelados, según señala el presidente ingush, Yunusbek Evkúrov.

Las tropas no permanentes del Ministerio del Interior, una especie de policía militarizada con unos 20.000 hombres, deberán ser retiradas. El número total de fuerzas desplegadas hoy en día en Chechenia supera los 40.000 soldados.

Kadírov, que se ha congratulado de la decisión adoptada por el NAK y que ha convertido el 16 de abril en fiesta nacional, quiere ahora lograr que el aeropuerto de Grozni adquiera estatus internacional. El polémico líder checheno, célebre por la brutalidad de sus métodos, tendrá ahora más poder. «El Gobierno ruso ha confirmado que el nido terrorista ha sido destruido, las bandas armadas liquidadas y los jefes guerrilleros, causantes del dolor y el sufrimiento de miles de personas, aniquilados o capturados para ser sometidos a juicio», dijo eufórico.

Pero el activista proderechos humanos Lev Ponomariov no cree que la policía y el Ejército vayan a ser ahora más escrupulosos en el respeto a la población. Considera que seguirán repitiéndose todo tipo de atropellos. Chechenia ha sido escenario de dos cruentas guerras. Solo la primera dejó entre 30.000 y 100.000 muertos, según las fuentes. Las emboscadas, atentados y escaramuzas de la guerrilla separatista, aunque cada vez de menor intensidad, no se han interrumpido ni parece que vayan a cesar a corto plazo. La medida adoptada ayer se asemeja más a un intento de lavado de imagen de Medvédev, cansado de oír reproches de sus interlocutores americanos y europeos.