Cavaco no hablará sobre las escuchas hasta después de las municipales del próximo día 11

La Voz

INTERNACIONAL

27 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando a las nueve de la noche (hora española) cierren los colegios electorales de la Azores, la difusión de los sondeos a pie de urna servirán para comenzar a despejar una de las incógnitas políticas en las que está sumida Portugal. La otra, las insinuaciones sobre un supuesto caso de espionaje al que habría sido sometido el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, por parte del Gobierno de José Sócrates, tendrá que esperar.

El entorno del jefe del Estado luso ha dejado caer que no será hasta después de las elecciones municipales (autárquicas) del 11 de octubre, cuando Cavaco aclare qué sabe de las presuntas escuchas a las que habría sido sometido y qué explicaciones va a exigir a su vez al Ejecutivo.

El cese de su jefe de comunicación, Fernando Lima, poco más ha servido que para dar moral al PS y quitársela a su propio partido, el PSD. Cavaco, que ayer se dirigió al país en un tradicional mensaje televisivo para animar a la participación electoral, mantuvo su papel de árbitro sin entrar en más consideraciones. Ahora se sabe que su colaborador cesado continuó en estos días trabajando en el palacio presidencial de Belem, lo que es entendido como una reiteración de las sospechas, aunque con cierta disconformidad sobre el momento y la forma en que fueron dadas a conocer a la opinión pública.

Mientras el Watergate luso no se resuelve, los portugueses han encontrado en la gripe A una preocupación mayor. La dolencia se coló en el día de reflexión al causar por la tarde la muerte a un candidato municipal del CDS, la segunda víctima en el país.