El Tratado de Lisboa, en manos de Praga tras la ratificación de Polonia

Paco Soto

INTERNACIONAL

La plana mayor de la UE fue testigo de la firma y ahora solo le queda convencer al eurófobo presidente checo

11 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente de Polonia, el conservador y euroescéptico Lech Kaczynski, firmó ayer el Tratado de Lisboa poniendo fin a más de un año de oposición al acuerdo de constitución europea. Superada la traba polaca, a Bruselas le queda ahora la difícil tarea de convencer al eurófobo presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, de que debe ratificar el Tratado.

Bien asesorado por sus ayudantes y ausente por una vez la larga sombra de su hermano gemelo, el ultranacionalista Jaroslaw Kaczynski, el jefe del Estado puso su mejor cara cuando a las doce en punto estampó su firma en el Tratado durante un acto solemne de apenas 45 minutos en el palacio presidencial al que asistieron las principales autoridades de la UE, como el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, el de la Eurocámara, el polaco Jerzy Buzek, y el de turno de la UE, el sueco, Fredrik Reinfeldt, así como el primer ministro polaco, el europeísta Donald Tusk.

En contra de lo que ha mantenido sobre el texto, antes de firmarlo Kaczynski pronunció un discurso en clave abiertamente europeísta. «El cambio de decisión del pueblo irlandés [que votó a favor] hace que el Tratado haya recobrado vida y que ya no tenga obstáculos para ratificarlo», dijo. En la misma línea, consideró: «Hoy es una jornada muy importante e histórica para Polonia y la Unión», porque, a su juicio, Varsovia normaliza sus relaciones con Bruselas, aunque advirtió que su país «es y seguirá siendo soberano».

Olvidando por un momento sus reticencias pasadas, manifestó su convencimiento de que el Tratado mejora el funcionamiento de las instituciones comunitarias y las dota de un buen instrumento para hacer frente a la crisis internacional y a los retos económicos, sociales, energéticos y políticos. Con la aprobación del Tratado, «nos subimos al tren de la construcción europea y fortalecemos» su papel en el mundo, dijo.

Croacia y Ucrania

Después de defender los valores democráticos de la UE, pidió que se abra a países como Ucrania y Georgia, uno de los objetivos de la diplomacia polaca que levanta ampollas en Moscú, y a Croacia, que podría ser socio comunitario en el 2012.

Paradójicamente, Kaczynski se oponía hasta ahora a ratificar un texto que él mismo negoció junto a su hermano en Lisboa, de donde salió presumiendo de victoria tras lograr que se incluyese el Compromiso de Ioannina, un mecanismo que permite suspender una decisión de la UE aunque no se tenga la minoría de bloqueo preceptiva.