Israel responderá al ataque desde Gaza que causó la muerte de un inmigrante durante la visita de Ashton

Ánxela Iglesias

INTERNACIONAL

19 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La muerte de un inmigrante tailandés por un cohete lanzado desde la franja de Gaza complicó ayer aún más las cosas. Israel promete mano dura, redobla sus críticas hacia los palestinos y se muestra desafiante ante la comunidad internacional tras el atentado, que coincidió además con la visita de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, a Gaza.

El fallecido trabajaba en un campo de cultivo cercano al desierto del Negev (Israel) cuando fue alcanzado por un misil Qassam. Es la primera víctima mortal por un cohete desde enero del 2009, cuando Israel dio por finalizada la operación Plomo Fundido, que costó la vida a 1.400 palestinos y a trece israelíes. Entonces también fue el lanzamiento de proyectiles lo que justificó una ofensiva masiva y considerada por muchos como desproporcionada.

«Nunca hemos pedido permiso a nadie para defendernos y continuaremos procediendo de igual manera», advirtió el viceministro de Exteriores, Daniel Ayalon. Por su parte, el viceprimer ministro Silvan Shalom apuntó que «Israel no volverá a la situación previa a la operación Plomo Fundido, la respuesta será especialmente fiera, espero que Hamás aprenda la lección».

Un grupo de Al Qaida

Pero parece que el movimiento islamista, que controla de facto Gaza, no está directamente relacionado con el atentado, reivindicado por las Brigadas de Ansar al-Sunna, un grupo vinculado a Al Qaida. Estas células salafistas radicales han cobrado fuerza en la franja y desafían a Hamás, que no duda en combatirlas.

El comunicado emitido por los presuntos autores del lanzamiento sintetiza los focos de tensión reinantes en la región. «La misión yihadista tuvo lugar en respuesta a los asaltos sionistas contra la mezquita de Abraham y la de Al Aqsa».

Llega dos días después del «día de la ira» convocado por la apertura de una sinagoga en la Ciudad Vieja de Jerusalén y el bloqueo de la Explanada de las Mezquitas, que se tradujo en serios enfrentamientos. Y coincide con la crisis diplomática entre Israel y Estados Unidos por la expansión de asentamientos judíos en Jerusalén Oriental.

No es previsible que «la búsqueda de soluciones pacíficas» que reclamó Catherine Ashton en Gaza tras el atentado vaya a ponerse pronto en práctica.

La jefa de la diplomacia europea, que no se entrevistó con ningún dirigente del Gobierno de Hamás - que la UE no reconoce- exigió el fin del bloqueo israelí a la franja.