El asesinato del líder de la extrema derecha desata la tensión racial en Sudáfrica a semanas del Mundial
INTERNACIONAL
Diez semanas antes de que arranque el Mundial de fútbol, Sudáfrica debe afrontar de nuevo malas noticias sobre la violencia y el conflicto racial en el país. El brutal asesinato del líder de la extrema derecha sudafricana, Eugene Terreblanche, ha removido una vez más los cimientos de la «nación del arco iris» multirracial.
El presidente Jacob Zuma se preocupa, y con razón, por las sombras que pueda arrojar este acto violento sobre el primer Mundial del fútbol que se celebra en tierra africana. Tanto Zuma como el resto de los partidos políticos han hecho un llamamiento a la calma mientras el partido de Terreblanche, el Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB), clama venganza.
El asesinato vuelve a abrir esa vieja herida que nunca ha llegado a curar del todo en una sociedad que tan solo hace 16 años abolió el apartheid . Y amenaza además la imagen de una Sudáfrica pacífica y reconciliada, que justo ahora pretende atraer a miles de turistas de cara a la gran fiesta del balompié.
Cuando dos jóvenes trabajadores mataron con un machete y un palo, según la policía, al granjero ultraderechista de 69 años, no tenían ni idea del terremoto político que podían desencadenar.
Los jóvenes, de 15 y 21 años, cerraron su disputa con Terreblanche sobre su salario de la misma forma que se solventan muchas disputas en el país: con violencia. La tasa de asesinatos en Sudáfrica es entre el 20 y el 30% más alta que en Europa occidental, una cifra similar a la de otros actos violentos.? Pero en este caso hay otro elemento que empaña la joven democracia sudafricana, ya que la sociedad sigue sufriendo la tensión interracial de forma incuestionable, a pesar de todas las políticas de reconciliación de los héroes nacionales y del premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, cuya voz ya apenas se escucha debido a su edad.
Al menos para la oposición, el principal instigador de esta situación tiene nombre y apellido. Poco después del asesinato del líder ultraderechista los principales grupos de la oposición relacionaron los discursos «incendiarios» de Julius Malema, el secretario general de las juventudes del ANCE, el partido de Gobierno, con lo que fue un violento ataque de trabajadores negros contra un granjero blanco.? Malema, un importante aliado de Zuma, no solo exige la nacionalización de la industria minera o la expropiación de tierras, sino que pide también que se vuelva a cantar la «tradicional canción combativa» del ANC, en la que se pide la muerte de los Bóer: «Kill the Bóer» (Mata al granjero Bóer).
Malema se ha convertido en una figura a temer por los cerca de nueve millones de blancos y asiáticos en Sudáfrica. Temor a que el protegido del presidente sea el precursor de una Sudáfrica en la que los negros se apropien del poder y arruinen el país.