Gillian Duffy la «mujer intolerante» que ha mostrado la otra personalidad de Gordon Brown y ha colocado al borde del desastre a los laboristas, se ha convertido en todo un personaje mediático. Sus amigos más cercanos ya han mostrado su preocupación sobre como este inesperado protagonismo puede afectar a la salud de esta votante laborista de toda la vida.
Pero el incidente podría reportarle algún beneficio y la prensa habla de que puede hacer una pequeña fortuna vendiendo la historia de su fortuito encuentro cuando iba a comprar el pan con el candidato laborista. El rotativo londinense Evening Standard informó que podría recibir una cifra superior a los 270.000 euros por contar lo ocurrido a algún medio.
Duffy quedó viuda hace cuatro años tras la muerte de su marido por cáncer. A sus 65 años se considera una pensionista afortunada tras haber trabajado durante treinta años para el Ayuntamiento de Rochdale con niños. Tal como se define ella es «una mujer muy normal», que disfruta de su hija y sus dos nietos. Toda su familia ha votado laborista desde los tiempos de sus padres.
Con escolta policial
Ayer, un campamento de periodistas seguía apostado frente a su casa en Rochdale, al norte de Manchester. Su amiga Ann Bradley señaló que la alteración de su vida cotidiana ha llevado a Gilliam a sufrir estrés. «Estamos todos muy preocupados por su salud, toda esta atención mediática no puede ser buena para ella». «Es increíble -añadió - no pudo ir a la peluquería como todos los jueves y le han puesto una escolta policial».
Carácter parece que no le falta. Cuando Brown la visitó en su casa le pidieron que posara a su lado estrechándole la mano. Ella se negó.