Los abogados pierden el contacto con la esposa del Nobel de la Paz

Marga Zambrano PEKIN/EFE.

INTERNACIONAL

La poetisa Liu Xia no responde desde el domingo

21 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los abogados del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo señalaron ayer que han perdido la comunicación con la esposa de este, Liu Xia, que se encuentra bajo estricta vigilancia desde que se conoció el fallo del jurado noruego el 8 de octubre. «Hemos perdido contacto con Liu hace tres días», informó el abogado Shang Baojun, que indicó que antes del domingo había tenido conversaciones esporádicas y muy breves con ella a través del teléfono y de Internet.

El letrado no pudo especificar si las personas que vigilan ilegalmente a la fotógrafa y poetisa día y noche le impiden también responder llamadas o si los servicios han sido cortados, ni tampoco verificar si esta se encuentra en su domicilio. «Creo que sigue en su apartamento [de Pekín], pero no he podido comprobarlo», dijo.

Liu Xia, de 49 años, no ha podido reunirse todavía con Shang y el resto de abogados que se ocupan del caso de Liu Xiaobo para preparar su apelación a la condena de once años de cárcel debido a que sus vigilantes no se lo permiten. Por este motivo, los abogados no han podido avanzar en la preparación de la apelación para liberar al nobel.

La última vez que Liu Xia utilizó su servicio de microblogging de Twitter fue el domingo, cuando escribió «Soy yo, Liu, no te preocupes», después de enviar dos mensajes en los que indicaba que estaba muy controlada y que cada vez era más difícil usar Internet.

Las autoridades penitenciarias de la cárcel de Jinzhou, donde cumple condena el disidente laureado, rechazaron la petición de uno de sus hermanos, Liu Xiaoguang, de 60 años, para visitarlo a finales de este mes, un encuentro mensual al que los familiares de Liu tienen derecho.

Según dijo el hermano al Centro de Información para la Democracia en Hong Kong, el padre del nobel tiene 82 años y no está en condiciones de visitar a su hijo en Jinzhou, por lo que es él quien se ocupa de mantener el contacto con el preso político.