El premio Nobel tiene una segunda oportunidad

La Voz

INTERNACIONAL

28 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Baradei fue durante doce años director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). En el 2005 recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en ese organismo de la ONU. Un galardón que fue visto como un puntapié en el trasero de George W. Bush por su política unilateralista. El jurista egipcio intentó hasta el último momento evitar la invasión de Irak, alegando que sus inspectores no habían constatado que Sadam Huseín tuviera armas de destrucción masiva. En el litigio nuclear con Irán también intentó imponer el diálogo frente a la confrontación.

Su prestigio como mediador es reconocido por la comunidad internacional. Ahora deberá ser profeta en su tierra, y no lo tiene fácil. Ha sido muy criticado por sus continuadas ausencias del país, pese a su campaña el pasado otoño para lograr reformas políticas y electorales con vistas a las presidenciales de este año. Solo una parte de la oposición lo siguió cuando intentó boicotear los comicios parlamentarios de noviembre. Decepcionado, regresó a la casa que tenía en Viena desde sus tiempos en la OIEA.

Los blogueros criticaban estos días su ausencia de las manifestaciones. Ahora ha vuelto a casa. Y tiene una segunda oportunidad de convencer a sus compatriotas de sus dotes de reformador y moderado negociador.

Pero antes habrá que ver la reacción de Mubarak y si dejará que su principal enemigo político acabe con su hegemonía y su sueño de que el poder pase a manos de su hijo Gamal.